El muro que quiere construir el presidente estadounidense Donald Trump en la frontera con México no sólo no frenará la migración ni el narcotráfico, sino que ocasiona daños al medio ambiente y enfrenta obstáculos como los que marca el Tratado Internacional de Aguas que existe entre los dos países desde 1944 y que, en su momento, impidió a la administración del presidente George W. Bush construir una valla sobre el Río Bravo.

Así lo subraya, en entrevista con EL UNIVERSAL, Carlos de la Parra Rentería, investigador del Colegio de la Frontera Norte. El secretario del Interior de Estados Unidos, Ryan Zinke, recién reconoció que la construcción del muro será compleja en áreas como el paso del Río Bravo, porque si la muralla se levanta del lado de Estados Unidos, el río queda completamente del lado mexicano.

¿Qué tan real ve la posibilidad, hoy, de que se vaya a construir el muro?

—Lo que uno alcanza a ver ahorita es que el presidente Donald Trump tiene un tremendo predicamento porque las promesas de campaña que podrían haberse entendido como un gancho para lograr votantes ahora las quiere convertir en realidad y ni siquiera su propio partido lo está apoyando, no parece ser muy claro el camino para que el Congreso de Estados Unidos le vaya a asignar fondos a ese muro, ya le han repetido muchas veces tanto el presidente Enrique Peña Nieto como el canciller, Luis Videgaray, que México no va a pagar ese muro.

¿Cuáles cree que puedan ser las consecuencias sociales, legales, económicas, culturales, de construir un muro en la frontera?

—El costo es altísimo y lo que termina sucediendo es que una enorme cantidad de actores en Estados Unidos, alcaldes fronterizos, académicos, terminan diciendo que colocar el muro en donde lo tienen que colocar aísla territorio estadounidense entre el muro y el río en el caso donde la frontera es el Río Bravo; en el caso donde la frontera es terrestre hay espacios en donde no existe tal muro. Hay tres razones muy poderosas que uno pudiera pensar que tendría Estados Unidos para construir un muro: la primera es para limitar la migración, la segunda para limitar el narcotráfico y la tercera sería para limitar el ingreso de terroristas a través de la frontera México-Estados Unidos.

¿Sí puede limitar la migración?

—Está comprobado que la migración indocumentada en Estados Unidos mayoritariamente son personas que entraron en Estados Unidos con documentos y permanecieron más allá del perio do de vencimiento de su visa, el muro haría absolutamente nada contra ello. El 40% de la población indocumentada entró por medios legales y se quedó de forma extra legal.

El segundo de los planteamientos está asociado al narcotráfico, que tiene una gran cantidad de entradas, pero muchas de ellas son aéreas, no a través del muro. La segunda fuente importante de entrada del narcotráfico es por las garitas, no tiene nada que ver el muro; la otra es por las costas, Estados Unidos tiene una frontera con México y con Canadá y enorme frontera con los océanos.

¿Un muro detiene terroristas?

—No. Con México no hay un solo incidente de ingreso de terroristas a través de la frontera con Estados Unidos. De manera que quien realmente tiene que cuestionarse y plantearse qué está pasando es el ciudadano estadounidense, el ciudadano que está pagando impuestos y preguntarse si es una política pública digna de estarse gastando la cantidad de dinero que se va a gastar.

Ya existe la vigilancia en la frontera con muy alta tecnología.

—Existe, sí, y además en la gestión del presidente Barack Obama la secretaria del Departamento de Seguridad Interna, Janet Napolitano, ex gobernadora de Arizona de afiliación demócrata, fue famosa por decir que el problema con un muro es que con un muro de 50 pies de altura (15 metros) siempre habrá una escalera de 51 pies de altura (16 metros). Cuando fue secretaria de Seguridad Interna emprendió un programa de detección inteligente en la frontera que no logró nada de resultados.

La racionalidad y la lógica no tienen nada que ver con lo que están haciendo los políticos estadounidenses, son gente que está despertando el más bajo de los sentimientos del terror en los norteamericanos porque se tienen que vestir de héroes y encontrar villanos, es fácil hablar de un muro como si compraran un chupón para sentirse seguros. No tiene racionalidad.

Los mexicanos no tenemos porqué sentirnos ofendidos por esa sarta de tonterías que por razones de índole política hacen.

Hay muro en algunas partes de la frontera. Al levantarlo en la totalidad de la frontera, ¿cómo se verían afectadas las comunidades de ambos países?

—Hay cosas que sí están ocurriendo en el sentido de que, por ejemplo, hay fotos tomadas por la Liga Internacional de Fotógrafos Conservacionistas y hay sitios en donde se ve una cicatriz profunda que se ha hecho al paisaje natural.

El medio ambiente es el más afectado.

—Probablemente, porque la gente le ha sacado la vuelta a la barrera, se va por medios aéreos, por ejemplo. Pero a las especies de mamíferos que les han partido su casa les impiden la movilidad, eso es un serio problema. Hay especies que al ver partido su hábitat empiezan a peligrar.

¿Qué especies peligran?

—Hay coyotes que ya sufren, el lobo mexicano; el ocelote en la zona del Río Bravo; el jaguar por la zona de Arizona-Sonora; incluso por toda la vigilancia y las luces ahuyentan al murciélago que es un insectívoro voraz; el berrendo; los venados de cola blanca; el oso negro. Hay una serie de especies que van a terminar sufriendo mucho.

¿Construir un muro por el Río Bravo es posible? Se viola el Tratado de Aguas entre los dos países.

—La Comisión Internacional de Límites y Aguas, cuando se empezó a erigir el muro que construyó la administración de George W. Bush, se cansó de dar notas diplomáticas, cartas emitidas, correcciones que se tuvieron que hacer para quitar lo que habían hecho del lado mexicano.

El Tratado de 1944 tiene muy claro cuánta agua le toca a cada quien y cuánta agua del Río Colorado y del Río Bravo, esto se da a través de presas que son manejadas conjuntamente y se contabiliza el agua se va por tuberías y llega a los destinos correspondientes.

¿El tema del muro puede generar una división real de los dos países?

—Sí hay una división porque los mexicanos lo vemos como una afrenta. Lo que ocurre con el muro genera división entre México y Estados Unidos y genera división entre Estados Unidos y Estados Unidos, hay una oposición muy grande  al muro en ese país.

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