El uzbeko que es sospechoso de matar a cuatro personas con un camión robado en Estocolmo había respaldado la ideología de Estado Islámico y era buscado para que se cumpliera con una orden de deportación, informó ayer la policía sueca, lo que ha dividido a los ciudadanos de ese país sobre sus hospitalarias políticas de inmigración.

La policía reveló que en diciembre se le ordenó al hombre abandonar el país, luego que su solicitud de un permiso de residencia fuera rechazada seis meses antes. En lugar de ello, al parecer se ocultó y eludió los intentos de las autoridades para deportarlo.

“Me genera frustración”, dijo el primer ministro Stefan Lofven a la agencia de noticias sueca TT. Las autoridades sabían que el presunto atacante “era simpatizante de organizaciones extremistas”, de acuerdo con Jonas Hysing, jefe de operaciones policiales de Suecia, aunque ninguna organización terrorista se ha reivindicado el ataque ocurrido en Estocolmo

La fiscalía sueca dijo que una segunda persona fue detenida, pero la policía sostuvo que está convencida de que el uzbeko conducía el camión. Otras cinco personas habían sido retenidas para ser interrogadas, y autoridades dijeron que ya se realizaron 500 entrevistas.

Tras el ataque, ayer salieron entre 20 mil y 50 mil personas a las calles de Estocolmo para participar en la “manifestación por el amor”, la cual fue convocada a través de Facebook. Con flores, velas y peluches, marcharon hacia el lugar donde se perpetró el atentado del viernes para mostrar unidad y rechazo frente al “terrorismo”.

“Considero muy importante permanecer fuertes y juntos contra todo lo que quiere cambiar nuestra sociedad fundada sobre la democracia”, dijo Marianne quien asistió a la concentración con su madre.

En Noruega, los servicios de seguridad elevaron ayer su nivel de alerta tras el arresto de un joven ruso, de 17 años, acusado de colocar un artefacto explosivo en el centro de Oslo.

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