Perú retiró ayer “de manera definitiva” a su embajador en Venezuela, en la que hasta ahora ha sido la reacción más fuerte a la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TS) venezolano de asumir las funciones de la Asamblea Nacional, hecho que países latinoamericanos tacharon de “autogolpe”, “ruptura constitucional” y “revés para la democracia”.

Mediante un comunicado, la Cancillería peruana señaló que estará en consultas con otros países para que a Venezuela le sea aplicada la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA), que implicaría su suspensión en el órgano hemisférico. Previamente, el presidente Pedro Pablo Kuczynski tuiteó que “América Latina es democrática” y consideró “inaceptable” el cierre de la Asamblea venezolana, donde la oposición tiene mayoría.

La canciller venezolana Delcy Rodríguez tachó de “injerencista” la reacción de Kuczynski. “Rechazamos apoyo grosero del gobierno peruano a los sectores violentos y extremistas de Venezuela”, dijo.

Estados Unidos también condenó la decisión del Tribunal Supremo de “usurpar los poderes” de la Asamblea Nacional. “Esta ruptura de las normas democráticas y constitucionales daña gravemente las instituciones democráticas de Venezuela y niega al pueblo venezolano el derecho de diseñar el futuro de su país a través de sus representantes electos”, dijo en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner.

“Llamamos al gobierno de Venezuela a que permita a la Asamblea Nacional elegida democráticamente desarrollar sus funciones constitucionales, convocar elecciones lo antes posible”. añadió.

El gobierno brasileño, por su parte, repudió lo que calificó como una “clara ruptura del orden constitucional”. “El pleno respeto a la independencia de poderes es un elemento esencial de la democracia”, señaló el gobierno conservador de Michel Temer.

Colombia abogó por “poderes públicos fuertes e independientes para poder fortalecer la democracia”, según afirmó la ministra de Exteriores, María Ángela Holguín. El presidente del Senado, Mauricio Lizcano, pidió al gobierno revaluar las relaciones con el país vecino que, dijo, “parece más una dictadura”. Chile llamó a consultas a su embajador en Caracas y llamó a defender la convivencia democrática, mientras que Argentina expresó su “gran preocupación” por lo ocurrido en Venezuela.

La Unión Europea (UE) pidió un “calendario electoral claro” en Caracas y llamó a “respetar la Asamblea Nacional y a todos sus miembros, como prevé la Constitución”, señaló en un comunicado un portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior.

Con información de Víctor Sancho, corresponsal

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