La primera visita a Canadá de un miembro del Gobierno de Donald Trump, el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kelly, terminó hoy con poco ruido y un acuerdo generalizado de que el tráfico de personas y mercancías entre los dos países tiene que mejorar.

Tras su reunión con cinco de los principales ministros del Gobierno canadiense, Kelly no mantuvo ninguna rueda de prensa para explicar el contenido y resultado de las conversaciones. Los dos países emitieron el habitual comunicado de prensa conjunto.

Pero Kelly sí concedió una entrevista a la radiotelevisión pública canadiense, CBC, en la que ofreció algunos detalles sobre las conversaciones que mantuvo con los representantes del Gobierno canadiense.

Kelly dio a entender que las autoridades estadounidenses no tienen problemas con la situación fronteriza con Canadá y recalcó que cada día más de 10.000 camiones y unas 400.000 personas viajan entre los dos países sin problemas.

El ministro de Seguridad Pública de Canadá, Ralph Goodale, fue el único de los cinco ministros canadienses que ofreció una rueda de prensa tras el encuentro con Kelly y, en ella, se expresó en términos similares al estadounidense.

No obstante, Goodale reveló que Kelly habló de su intención de facilitar el tránsito fronterizo de personas y mercancías, en contraste con la política de EU en su frontera con México.

Además, los dos países acordaron vigilar dos temas fronterizos que han surgido en los últimos meses: el aumento de las peticiones de asilo de individuos procedentes de Estados Unidos y el incremento de denuncias de canadienses que son detenidos en la frontera por agentes estadounidenses.

Pero el matiz de las declaraciones de Kelly y Goodale fue claramente distinto.

Preguntado sobre el aumento de las denuncias de ciudadanos canadienses, en su mayoría de origen árabe o africano, que están siendo rechazados por las autoridades fronterizas estadounidenses cuando intentan entrar en el país, Kelly le quitó importancia.

"Cuando una persona es parada en la frontera, es por alguna razón. Lo que luego dicen a la prensa es su problema", afirmó Kelly cuando se le recordó casos recientes en los que canadienses han denunciado discriminación por parte de los agentes fronterizos estadounidenses.
Por su parte, Goodale señaló que cada país tiene la responsabilidad de "regular sus fronteras" y dio a entender que todavía no se conoce toda la información sobre esas denuncias.

No obstante, el ministro canadiense añadió que tanto estadounidenses como canadienses deben esperar un "trato profesional, consistente y respetuoso" por parte de los agentes fronterizos.

Y añadió que los dos países han acordado que si observan "una tendencia" de individuos que son rechazados en la frontera, "entonces trabajarán para resolverlo".

Sobre el problema del fuerte aumento de los solicitantes de asilo en Canadá que están llegando tras cruzar de forma irregular la frontera procedentes de Estados Unidos, tanto Kelly como Goodale afirmaron que están intentando "entender exactamente qué es lo que está pasando".

Kelly insinuó que el aumento de la llegada de refugiados procedentes de Estados Unidos no está relacionado con las políticas del Gobierno de Trump y que parece que el movimiento está relacionado con redes de tráfico de personas que están beneficiándose del transporte de individuos a Canadá.

Kelly y Goodale sí revelaron que la mayoría de las centenares de personas que en los últimos meses han solicitado refugio en Canadá procedentes de Estados Unidos se encontraban en el país de forma legal, con visados otorgados por las embajadas estadounidenses en el extranjero.

Pero Kelly indicó que en muchos casos los preparativos para llegar a Canadá desde Estados Unidos habían empezado hace meses, "incluso un año".

Sin embargo Goodale se mostró menos categórico y declaró que hay indicios "anecdóticos" de ello pero que todavía no hay pruebas concretas de la participación de redes de traficantes o de preparativos durante meses y meses.

Goodale también dijo que estaba "muy satisfecho con que la situación tenga la atención de Estados Unidos", dado que "los números han aumentado en los últimos meses comparados con los tres años anteriores".

"Tenemos que controlarlo con cuidado. Tenemos que entender quiénes son, dónde han empezado su viaje, cuáles son los trayectos que han seguido, cuánto tiempo han estado en EU y las razones para venir a Canadá", terminó declarando el ministro canadiense.

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