Las políticas de Donald Trump han llegado para quedarse, y no sólo por lo que dure el mandato, sino por mucho tiempo, aseguró ayer Stephen Bannon, el semioculto jefe de estrategia de la Casa Blanca.

Aseguró que la voluntad del presidente es “reconstruir” el país basándose en el cumplimiento de todas sus promesas de campaña. “Todo estaba en los discursos (…) Ha ordenado una agenda con estos discursos según las promesas que hizo (…) Está obsesivamente concentrado en eso”, aseguró el jefe de estrategia e ideológo de gran parte de las políticas que rigen la nueva administración estadounidense.

Bannon apareció ante la Conferencia para la Acción Política Conservadora acompañado por el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, para acallar las versiones sobre una mala relación entre ambos y escenificar la unidad de los diferentes frentes del conservadurismo (el populismo de Trump, el establishment del Partido Republicano) en el trabajo desde el Despacho Oval. “Si el partido y el movimiento conservador están unidos (…) no hay quien nos pare”, dijeron.

Priebus ejemplificó la durabilidad de las tesis de Trump con un nombre: el del nominado para cubrir la vacante del Tribunal Supremo, el ultraconservador Neil Gorsuch. “No estamos hablando de un cambio en un periodo de cuatro años, hablamos de un cambio potencial en las leyes de dentro de 40 años”, afirmó, recordando que en caso de ser ratificado el puesto de juez en el Supremo es vitalicio. “Gorsuch representa el tipo de juez conservador que tienen la visión de Donald Trump”, añadió.

No faltaron las grandes alabanzas al nuevo líder, considerado por Bannon uno de los mayores oradores de la historia de Estados Unidos. Para Priebus no sólo fue eso: era la personal “real, genuina” que ansiaba el movimiento conservador. En una charla minutos antes, una de las principales asesoras de Trump, Kellyanne Conway, aseguraba que el conservadurismo del país, antes de la llegada del nuevo presidente, estaba “esclerótico y polvoriento”.

Ambos altos mandos de la administración Trump reiteraron los tres pilares en los que se basan: seguridad nacional, nacionalismo económico y deconstrucción del estado administrativo. Aparte de eso, constataron que la principal lucha tiene un enemigo en concreto: los medios de comunicación.

Sin cesar de considerarlos “el partido de la oposición”, el intento de acoso, derribo y desprestigio de los medios parece que no va terminar nunca. Al contrario: “Será cada vez peor”, alertó Bannon. Según el estratega en jefe, los éxitos que conseguirá Trump presionando para implementar su agenda de revolución en el país harán que los medios que forman parte de unos medios “corporativistas y globalizadores” opuestos al nacionalismo de Trump.

“Cada día habrá una lucha”, auguró Bannon. “Estamos en la primera entrada de esto: tendrá mucha más batalla y habrá que estar más concentrados y con mucha más determinación”, concluyó. Priebus, mientras, decía casi en voz baja que tenía la esperanza de que la relación con los medios pueda cambiar.

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