La relatora especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, viajará a la Unión Americana para evaluar los impactos de la orden ejecutiva de Trump, en la que dio luz verde a la construcción de los polémicos oleoductos Keystone XL y Dakota Acces.

“La visita me permitirá identificar los desafíos y las buenas prácticas sobre las que emitiré recomendaciones concretas, así como el camino a seguir en línea con las normas internacionales relativas a los derechos indígenas y de acuerdo con los compromisos nacionales e internacionales  asumidos por el Gobierno estadounidense”, aseguró.

La investigadora de origen filipino, centrará su trabajo en la responsabilidad corporativa de la industria extractiva y en la compatibilidad entre la decisión de Trump y las recomendaciones emitidas por el relator especial de la ONU, James Anaya, en agosto de 2012, con relación a la protección de los derechos de los pueblos indígenas en Estados Unidos.

El reporte de Anaya, presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, dejó constancia de una serie de preocupaciones en torno al proyecto Keystone XL.

“El relator especial escuchó preocupaciones sobre varios proyectos propuestos que potencialmente podrían causar daño ambiental a los pueblos indígenas, incluyendo el oleoducto Keystone XL”, sostiene el documento.

Entre las preocupaciones, señala la falta de consulta por parte del Gobierno para el diseño del proyecto, los negativos riesgos ambientales de su construcción y operación, y la amenaza que representa para las comunidades indígenas y los sitios arqueológicos.

Tauli-Corpuz iniciará este miércoles su visita y durará hasta el 3 de marzo. Durante su estancia, visitará Washington, Colorado, Alburquerque, Nuevo México; Window Rock, Arizona, y Bismarck, North Dakota. Tiene previsto mantener encuentros con miembros de la administración Trump, el Congreso, la sociedad civil y las comunidades indígenas.

El oleoducto Keystone XL fue frenado por el entonces presidente Barack Obama en 2015 debido a su previsto impacto en el medioambiente.

Obama intervino luego de que el plan fuera aprobado por el Congreso. El oleoducto está diseñado para transportar unos 830 mil barriles diarios de crudo desde Alberta, Canadá, a diferentes puntos de Estados Unidos, incluyendo Texas.

En la recta final de su mandato, Obama también vetó el Dakota Acces, un proyecto que perfilaba para transportar medio millón de barriles al día de Dakota del Norte a Illinois.

En el arranque de su administración, Trump desbloqueó ambas iniciativas en cumplimiento de las promesas de campaña hechas a la industria petrolera.

“En lugar de divulgar falsas afirmaciones de que los oleoductos crearán empleo, Trump debería centrar sus esfuerzos en el sector de las energías limpias. El plan de Trump es más de lo mismo, regalos a sus amigos de los combustibles fósiles en un momento en el que la energía renovable avanza en el mercado”, sostiene la Directora Ejecutiva de la oficina de Greenpeace en EU, Annie Leonard.

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