Sao Paulo.— Un total de 27 reclusos murieron en disturbios que se desataron el sábado en una prisión brasileña, empeorando el caos en un sistema penitenciario en el que han fallecido unos 140 presos en peleas de pandillas desde el comienzo del año.

Los miembros de una banda de la droga comenzaron el choque al invadir un pabellón en la cárcel de Alcaçuz donde se albergaban sus rivales, dijeron el domingo funcionarios de Río Grande do Norte. Investigadores forenses empezarán hoy a identificar los cadáveres.

La policía rodeó la prisión por la noche, pero esperó hasta el mediodía para entrar debido a reportes de que los presos seguían armados y fuera de sus celdas. Nueve internos heridos en el enfrentamiento fueron llevados a hospitales cerca de Alcaçuz, declaró una fuente.

Como en otros disturbios que hubo en diferentes partes del país este mes, casi todos los reos que murieron fueron decapitados y algunos cuerpos fueron quemados parcialmente, dijo a Reuters una persona con conocimiento de la situación.

La policía identificó a los seis que lideraron el incidente. Las muertes de este mes en uno de los motines más sangrientos de Brasil en décadas han expuesto las crecientes guerras territoriales entre las bandas Primeiro Comando da Capital (PCC), de Sao Paulo, y el Comando Vermelho, de Río de Janeiro.

El ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, prometió extender el apoyo financiero y de seguridad a Río Grande do Norte.

Entretanto, en la Penitenciaria Estatal de Piracuara, en la región metropolitana de Curitiba, capital de Paraná (sur), dos presos murieron después de la explosión en uno de los muros del centro carcelario, además al menos 38 huyeron.

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