Buenos Aires.— En Argentina, el tema del feminicidio sigue en el centro del debate público.

En Huerta Grande, un pueblo de la provincia de Córdoba, se aprobó una iniciativa para que la calle principal lleve el nombre de Yamila Garay, una joven de 21 años vecina del lugar que fue asesinada, en marzo de este año, por su ex novio, quien está acusado del delito de homicidio agravado por violencia de género.

Sin embargo, la violencia no cesa. El sábado pasado, en la provincia argentina de Mendoza, un hombre asesinó a su esposa, a la hermana de ésta y a la abuela de ambas. Además, apuñaló a su hija, una bebé de 7 meses. El caso conmocionó a la sociedad argentina, que viene de una semana especialmente movilizada con el paro nacional de mujeres en protesta por un crimen aberrante en Mar del Plata, del que resultó víctima una chica de 16 años, Lucía Pérez, quien fue drogada, violada y asesinada.

“La pregunta que ronda por acá en este momento es si las marchas sirven para algo”, planteó a EL UNIVERSAL Julieta Fantini, una de las voceras del colectivo Ni Una Menos en la provincia de Córdoba.

“Yo sé que sí. Las 40 mil personas que salieron a la calle la semana pasada en la capital de Córdoba nos dan la pauta de que el compromiso ciudadano con este reclamo es evidente: hay un cambio de paradigma”, señala la activista. La inauguración de la calle con el nombre de Yamila Garay será el 25 de noviembre, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. “Nombrar una de nuestras avenidas con el nombre de Yamila es visibilizar el problema y homenajearla para exponer nuestra lucha contra el feminicidio”, dijo el alcalde de Huerta Grande, Matías Montoto. “A veces las formas de conseguir justicia no sólo van por el camino penal”, explicó María Florencia Alcaraz, de Ni Una Menos.

Google News

Noticias según tus intereses