El papa Francisco y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, conversaron hoy en privado en El Vaticano, con el trasfondo "de la preocupante situación de crisis política, social y económica que el país está atravesando", según un comunicado de la Santa Sede.

La reunión se produjo momentos antes de que el enviado del Papa a Venezuela para promover el diálogo, monseñor Emil Paul Tscherrig, anunciara el inicio del diálogo entre el gobierno de Maduro y la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) el próximo 30 de octubre en Isla de Margarita.

"El Papa (...) ha deseado continuar ofreciendo su contribución a favor de la institucionalidad del país y ayudar a resolver las cuestiones pendientes y a crear mayor confianza entre las partes", explicó la Santa Sede sobre este encuentro, que no había sido anunciado, en un comunicado remitido a los medios.

Asimismo añade que Francisco "ha invitado a emprender con valentía el camino del diálogo sincero y constructivo, para aliviar el sufrimiento de la gente, en primer lugar de los pobres, y promover un clima de renovada cohesión social, que permita mirar con esperanza al futuro de la nación".

El anuncio de esas conversaciones se produce después de que el poder electoral del país caribeño haya decidido posponer el proceso auspiciado por la opositora MUD para convocar un referendo revocatorio contra el mandato de Maduro.

El domingo, varios representantes del antichavismo se reunieron en Venezuela con un enviado del Papa para tratar la instauración de un eventual diálogo político en el país caribeño, confirmó hoy el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela (AN, Parlamento), el opositor Henry Ramos Allup.

En dicha reunión también estuvo presente el nuncio de la Iglesia Católica en Venezuela, Aldo Giordano, que ya en abril reconoció que El Vaticano, que desempeñó un papel fundamental en el deshielo de las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba, quería contribuir a alcanzar la paz en Venezuela.

La reunión entre Maduro y el Papa ha tenido lugar después de que el pasado año Maduro decidiera anular la visita que tenía programada al Vaticano "por recomendación médica".

"Los médicos me han obligado a quedarme en descanso y es lo que estoy haciendo ahora. De hecho he tenido que, por recomendación médica, suspender el viaje a Roma", dijo entonces Maduro durante una videoconferencia transmitida por la televisión estatal VTV.

El mandatario cancelaba así su visita el mismo día en que la oposición venezolana comenzaba una vigilia en varias ciudades del país para pedir al papa Francisco que durante las conversaciones con Maduro intercediera por la crisis venezolana.

Venezuela preocupa al Vaticano y también al papa Francisco, quien en diversas ocasiones se ha referido a la situación del país y ha instado al diálogo.

Por ejemplo, el pasado 27 de marzo, cuando en el Domingo de Pascua y antes de la bendición "Urbi et orbi", Francisco mencionó "las difíciles condiciones en las que vive" el pueblo venezolano.

Entonces, el papa argentino hizo un llamamiento a quienes "en sus manos tienen el destino del país" para "trabajar en favor del bien común, buscando espacios de diálogo y de colaboración con todos".

Defendió la "cultura del encuentro, la justicia y el respeto recíproco" como vías para "garantizar el bienestar espiritual y material" de los venezolanos.

No ha sido la única vez, el pasado mayo la Santa Sede confirmó que Jorge Bergoglio había escrito una carta a Maduro, cuyo contenido no trascendió aunque El Vaticano explicó que las palabras del pontífice se referían a la "situación del país".

También en el avión de regreso a Roma desde Cracovia en julio pasado, el papa dijo que creía que se quería al Vaticano en el grupo de mediación sobre Venezuela, aunque matizó que no estaba seguro de ello.

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