Jerusalén.— Shimon Peres fue sepultado ayer por decenas de líderes mundiales que elogiaron al ex presidente y ex primer ministro israelí por buscar la paz incansablemente, aun cuando su visión de un “Nuevo Medio Oriente” nunca se hizo realidad.

Fue el último tributo a un hombre que personificó la historia de Israel durante su notable carrera de siete décadas en política y que era considerado por muchos un potente símbolo de las esperanzas de paz en la región.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el ex presidente Bill Clinton y el líder palestino Mahmoud Abbas encabezaron la larga lista de líderes mundiales que se congregaron en el cementerio nacional de Israel, el monte Herzl, para la ceremonia. En un gesto hacia el líder palestino, Abbas estuvo sentado en primera fila en el funeral.

Entre los dignatarios extranjeros estaban el presidente francés François Hollande, el príncipe Carlos de Gran Bretaña, el presidente alemán Joachim Gauck y el primer ministro canadiense Justin Trudeau.

En su intervención en la ceremonia, Barack Obama dijo que “estamos reunidos aquí hoy sabiendo que nunca vio cumplido su sueño de paz. La región está en medio de un momento caótico. Cunden las amenazas. Y sin embargo, Peres no dejó de soñar y no dejó de trabajar”. El mandatario estadounidense añadió que la presencia en el funeral de Abbas es “un gesto y recordatorio de los asuntos incompletos por la paz”.

Luego, Obama se despidió con la frase en hebreo “Todá rabá javer yakar” (“Muchas gracias mi querido amigo”).

Bill Clinton describió a Peres como “un gran defensor de nuestra humanidad común”, habló de su amistad de un cuarto de siglo y rechazó a los críticos que retratan al israelí como un soñador ingenuo.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, destacó que Peres “era el gran hombre de Israel. Era un gran hombre del mundo. Israel lo llora. El mundo le llora”.

Poco antes del funeral se produjo la imagen del día: el apretón de manos —el primero en seis años— entre Netanyahu y Abbas. “Hace mucho tiempo que no nos vemos, mucho tiempo”, le expresó el palestino al israelí, quien le agradeció haber asistido al funeral, que representó la primera vez que Abbas acude a Jerusalén de forma oficial desde 2010.

Peres, premiado con el Nobel de la Paz y que ostentó todos los cargos de poder en su país, incluyendo presidente y primer ministro, falleció la madrugada del miércoles, dos semanas después de sufrir un derrame cerebral. Tenía 93 años. Su funeral fue el más multitudinario en cuanto a presencia de líderes extranjeros desde el del premier Yitzhak Rabin, socio de Peres en su objetivo de lograr la paz, quien fue asesinado por un nacionalista judío en 1995.

La ceremonia conllevó desafíos logísticos y de seguridad, y las autoridades cerraron varias carreteras, incluyendo la autovía que une Tel Aviv y Jerusalén.

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