La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio hoy por superada la peor crisis financiera de su historia, pero pidió que se aumente su presupuesto anual para evitar una situación similar el próximo año.

"Es con gran satisfacción que podemos anunciar hoy que la grave crisis financiera que atravesamos en 2016 ha sido superada", afirmó hoy el presidente de la Comisión, James Cavallaro, en un comunicado de la organización.

La CIDH, el órgano de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), anunció en mayo que suspendía todas sus visitas y audiencias previstas para este año y tendría que despedir al 40 % de su personal en julio si los países americanos no aportaban fondos de manera urgente para paliar la peor crisis financiera de su historia.

"El anuncio de la crisis generó una movilización de recursos con una rapidez que no es usual para los tiempos que necesita la cooperación internacional", explicó hoy Cavallaro.

La CIDH agradeció los 400 mil dólares aportados por Argentina y a Chile sus 80 mil dólares, además de la organización del periodo extraordinario de sesiones de junio, en el que se atendieron casos de derechos humanos de todo el continente.

Panamá aportó 150 mil dólares y organizará el periodo ordinario de sesiones del segundo semestre del año, que normalmente se celebra en la sede de la CIDH en Washington y que estuvo a punto de no poder llevarse a cabo por falta de fondos.

Otras aportaciones que agradeció la Comisión fueron las de Colombia (100 mil dólares), México (50 mil dólares), Perú (55 mil dólares), Uruguay (24 mil dólares) y Antigua y Barbuda (mil 800 dólares).

Asimismo, la CIDH valora los aportes realizados por la Comisión Europea, Dinamarca, España, Suecia, Suiza, Fundación Arcus, Cammina, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), y las Universidades de Notre Dame y Stanford, en cantidades que no especificó.

Además, Estados Unidos y Canadá han prometido a la Comisión futuros aportes financieros.

"Estos aportes nos permitieron resolver los dos riesgos inminentes que enfrentábamos: la posibilidad de no realizar un período ordinario de sesiones, y la posibilidad de perder una parte importante de nuestra capacidad de cumplir nuestras funciones debido a la pérdida de casi la mitad del personal", recordó el secretario Ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrão.

"Ambos temas están hoy resueltos, por lo cual podemos decir que la crisis puntual de 2016 se superó. Esto no quiere decir que se haya resuelto el grave problema estructural de un financiamiento que es deficiente, que sigue requiriendo una acción decidida por parte de los Estados", agregó.

La Comisión agradece también "el apoyo moral" que recibió de la Secretaría General de la OEA, de Naciones Unidas, de cientos de organizaciones de derechos humanos, de intelectuales y de víctimas de violaciones de derechos humanos, entre otros.

"El anuncio de la crisis de la CIDH generó una movilización masiva que, para ser sincero, fue profundamente conmovedora", dijo Cavallaro, quien considera que la Comisión "ha salido fortalecida de esta crisis".

Sin embargo, advierte, los países de la OEA deben aprobar un presupuesto regular adecuado para no enfrentar una situación similar el año próximo.

La CIDH, con sede en Washington, y la CorteIDH, con sede en San José (Costa Rica), han formado un grupo de trabajo conjunto para presentar al secretario general de la OEA, Luis Almagro, "una propuesta integral de financiación sostenible" para los dos órganos del sistema interamericano de derechos humanos.

La decisión sobre el presupuesto para el año 2017 será adoptada por los 34 Estados miembros en la Asamblea General extraordinaria que se realizará el 31 de octubre próximo.

El reparto presupuestario es de 4.9 millones para la CIDH y 2.6 para la CorteIDH, el 6 % y el 3 % del fondo regular de la OEA, respectivamente, aunque ambas sobreviven gracias a las aportaciones voluntarias, y por tanto inciertas, que recaban entre países de dentro y fuera del sistema y varias entidades.

ahd

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