Washington.— El presidente Barack Obama nominó ayer a Jeffrey DeLaurentis, un diplomático de carrera, como el primer embajador de Estados Unidos en Cuba en más de 50 años, una medida que podría derivar en una confrontación con legisladores críticos a la apertura hacia la isla.
DeLaurentis es actualmente el diplomático de mayor rango en la embajada de Estados Unidos en La Habana.
La medida requiere la confirmación del Senado, algo que parece difícil que ocurra antes de que Obama concluya su mandato en enero.
Algunos senadores republicanos que se oponen a la decisión de normalizar relaciones con Cuba han prometido bloquear cualquier nominación de embajador, bajo el argumento de que en la isla no hay avances en democracia ni en la defensa de los derechos humanos. Entre ellos están los senadores Ted Cruz, de Texas, y Marco Rubio, de Florida, ambos de ascendencia cubana.
El mandatario estadounidense dijo que el liderazgo de DeLaurentis fue “vital” durante el proceso de distensión con Cuba y se declaró “orgulloso” de nominarlo.
Obama y el presidente cubano Raúl Castro sorprendieron al mundo en diciembre de 2014 al anunciar que quienes fueran alguna vez enemigos habían acordado, después de negociaciones secretas, reanudar las relaciones diplomáticas, incluida la reapertura de embajadas en cada uno de los países.
Estados Unidos y Cuba interrumpieron sus relaciones diplomáticas en 1961 en medio de la Guerra Fría.
Obama calificó la nominación de un embajador como un paso de “sentido común” hacia relaciones más productivas entre EU y Cuba. “Tener un embajador facilitará interceder por nuestros intereses, y profun-
dizará nuestra comprensión, aun cuando sabemos que continuaremos teniendo diferencias con el gobierno cubano”, dijo el mandatario a través de un comunicado.