Bogotá.— Bautizadas en el fuego guerrillero con los movimientos campesinos rebeldes que estallaron en las décadas de 1940 y 1950, y creadas el 14 de mayo de 1964, las insurgentes y comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cerraron ayer un ciclo de 52 años como aparato bélico, proclamaron que el final de la guerra se logró sin vencedores ni vencidos e iniciaron una progresiva inserción pacífica en la vida institucional, política y partidista nacional.

En un hecho que consolidó la arquitectura política y el andamiaje que permitirán la firma de la paz el próximo lunes en Cartagena de Indias, un balneario en el mar Caribe, las FARC emitieron una histórica declaración de paz desde los Llanos del Yarí, en el sur central departamento de Meta, y tras anunciar que “¡se acabó la guerra!”, recordaron a Mauricio Babilonia, un personaje de la novela Cien Años de Soledad, del ya fallecido y laureado escritor colombiano Gabriel García Márquez.

“Díganle a Mauricio Babilonia que ya puede soltar las mariposas amarillas”, afirmó el comandante Luciano Marín Arango, cuyo seudónimo de guerra fue Iván Márquez, en una declaración que, a nombre del secretariado de las FARC, leyó en los Llanos del Yarí, que desde el sábado anterior albergó la décima conferencia de la guerrilla más antigua de América, hoy acusada de participar en el narcotráfico, la minería ilegal, las extorsiones y otras actividades criminales.

La conferencia concluyó “con un parte de victoria de paz para Colombia” y con el “respaldo unánime al acuerdo final” logrado tras casi cuatro años de negociaciones —de noviembre de 2012 a agosto de 2016— en La Habana, entre la cúpula guerrillera y el gobierno colombiano de Juan Manuel Santos, y “reafirmando la cohesión interna que ha caracterizado a las FARC en su trayectoria rebelde”, puntualizó.

A menos de tres días de que el acuerdo de paz sea suscrito por ambos bandos en Cartagena, la conferencia ratificó “su confianza en el Estado Mayor Central (de las FARC) y su secretariado, destacando que ha conducido con acierto el proceso de reconciliación”.

En los próximos meses, la jerarquía de las FARC tendrá “un pleno” que se ocupará “de las tareas políticas por venir”, subrayó, al aludir a un sector de esa organización aglutinado en lo que fue el Primer Frente en el conflicto bélico que se negó a plegarse a los acuerdos de paz y a sus procesos de desarme, desmovilización y demás pasos de reinserción que incluyen mecanismos judiciales y amnistía.

En un mensaje a ese frente guerrillero, la declaración leída por Márquez añadió que las FARC, “en proceso de conversión a movimiento político legal, tiene sus puertas abiertas para acogerlos nuevamente como integrantes de una misma familia. La reconciliación del país no deja ni vencedores ni vencidos. Ha ganado Colombia y ha ganado el continente. ¡Que la paz nos abrace a todos!”, proclamó. “¡Viva Colombia! ¡Viva la paz!”, sentenció.

El acuerdo de paz, que será sometido a plebiscito el 2 de octubre para que los colombianos voten si lo ratifican o no, establece rutas para que la fuerza guerrillera se convierta en una opción política legal y pueda competir electoralmente para disponer de cargos de representación popular.

Si el pacto es aprobado mayoritariamente por los colombianos, las FARC, fundadas por el líder campesino Pedro Antonio Marín Rodríguez —alias Manuel Marulanda o Tirofijo, fallecido en 2008 por causas naturales y transformado en el guerrillero más veterano del mundo— y por dirigentes comunistas, en una época de profunda convulsión social y política en Colombia tras más de 15 años de turbulencia guerrillera campesina, iniciarán de inmediato y formalmente el desmontaje total de su aparato militar, con verificación nacional e internacional.

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