Estambul.— Turquía vivió ayer una jornada de luto nacional, mientras las autoridades intentaban reconstruir cómo se produjo el triple atentado suicida del martes en el aeropuerto de Ataturk, que dejó 42 muertos, incluyendo 13 extranjeros, y más de 230 heridos.

“Toda la información y evidencia” apuntan a que se trató de un ataque del grupo terrorista Estado Islámico (EI), aunque nadie ha reivindicado la responsabilidad del ataque, dijo el ministro turco del Interior, Efkan Ala.

De acuerdo con las autoridades, los tres kamikazes llegaron en taxi al aeropuerto. “Cuando los terroristas no pudieron pasar el sistema de seguridad regular, cuando no pudieron pasar por los escáners, los controles policiacos y de seguridad, regresaron y sacaron armas de sus maletas y abrieron fuego indiscriminadamente en el puesto de revisión”, detalló el primer ministro Binali Yildirim.

Los tres atacantes llegaron juntos a la sala de arribos del nivel inferior; uno entró, abrió fuego y luego detonó sus explosivos, de acuerdo con fuentes del Ministerio del Interior. Durante el caos, un segundo atacante subió al otro nivel, a la zona de salidas, y se inmoló. En un principio se había dicho que ninguno de los agresores había logrado atravesar los controles de seguridad para ingresar al aeropuerto, pero testimonios y videos en las redes sociales revelaron lo contrario.

El tercer hombre esperó afuera durante todo el incidente y detonó sus explosivos mientras las personas intentaban huir del aeropuerto, dijeron las autoridades. Por separado, un alto funcionario de seguridad de Turquía dijo que ninguno de los tres terroristas era de nacionalidad turca. Medios turcos señalaron que el comando terrorista habría estado integrado por siete personas, incluidos los tres muertos, otros tres hombres que escaparon y una mujer arrestada por la madrugada. La versión no ha sido confirmada oficialmente.

La forma como se desarrolló el ataque hizo recordar a muchos el atentado del 22 de marzo en Bruselas, perpetrado por el EI. Sin embargo, a diferencia de entonces, cuando el aeropuerto tardó 12 días en reabrir, el de Ataturk reinició operaciones apenas cinco horas después de las explosiones.

De las víctimas mortales, 37 han sido identificadas. Según la prensa turca, cinco de los extranjeros fallecidos eran sauditas, dos iraquíes, un tunecino, un uzbeco, un jordano, una ucraniana, un iraní y un chino. Otros medios hablan de una palestina que también habría perdido la vida. Los primeros funerales comenzaron a realizarse ayer.

En Estados Unidos, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), John Brennan, advirtió que su país podría registrar atentados similares a los de Estambul. “Me sorprendería que el Daesh [acrónimo en árabe del Estado Islámico] no intentara llevar a cabo este tipo de ataques en EU”, subrayó en entrevista con el portal Yahoo News.

“Me preocupan”, añadió, “las capacidades de Daesh. Y su determinación de matar a tantas personas como sea posible y de llevar a cabo ataques en el extranjero”. Aunque no quiso pronunciarse sobre la autoría del ataque, señaló que “los métodos utilizados para el atentado [suicidas con chalecos cargados de explosivos] apuntan al EI, en vez de a grupos nacionalistas kurdos”.

Peña Nieto y Obama condenan. Desde la ciudad canadiense de Ottawa, donde participaron en una reunión bilateral, los presidentes de México, Enrique Peña Nieto, y de EU, Barack Obama, condenaron los atentados en Estambul.

Obama expresó al gobierno turco el “dolor profundo que sentimos al ver las imágenes de las personas heridas y fallecidas”. Además, reafirmó su “fuerte compromiso de aliarnos con Turquía, con la OTAN”. Peña Nieto subrayó que “no hay causa que pueda valerse o hacerse ganar a través de la violencia”.

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