Varios ex presidentes de países hispanohablantes se reunieron por separado con líderes opositores y oficialistas venezolanos como parte de las acciones para activar en Venezuela un gran diálogo nacional, informó ayer el secretario ejecutivo de la alianza opositora, Jesús Torrealba, luego de una avalancha de críticas de opositores que lamentaron que ese encuentro fuera pactado en secreto.

El diálogo, que se mantuvo confidencial y en el que se intercambió información a través de los mediadores, tuvo lugar entre el viernes y el sábado en Punta Cana, en República Dominicana. Los ex presidentes acudieron bajo la iniciativa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

La reunión se llevó a cabo una semana después de que los ex presidentes del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y de República Dominicana, Leonel Fernández, anunciaron en Caracas que —con el apoyo de la Unasur— iniciaron acciones para intentar mediar un proceso de “diálogo nacional” en Venezuela. En la comisión internacional también está el ex mandatario panameño Martín Torrijos.

Torrealba, secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), alianza opositora, negó que se haya dado un encuentro simultáneo entre los ex mandatarios y los representantes de oficialismo y disidencia venezolanos. “No hay ‘reunión gobierno-oposición’ en Dominicana. Representantes de la Unidad asisten a un encuentro con Zapatero, Torrijos y Fernández”, aclaró, poco después de que la canciller Delcy Rodríguez tuiteara que habían culminado los primeros encuentros para un diálogo entre el gobierno y la oposición y dijera que “esta iniciativa del presidente Nicolás Maduro promueve la paz”.

En el encuentro, el gobierno estuvo representado por la canciller, así como por el alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, y el diputado de la Asamblea Nacional Elías Jaua. Por la oposición asistieron representantes de los partidos Acción Democrática, Voluntad Popular, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo.

Según Torrealba, en la reunión los representantes de la Unidad reiteraron los puntos que consideran indispensables en cualquier proceso de diálogo: a) revocatorio (refiriéndose al referéndum que buscan activar para poner fin al mandato de Maduro); b) libertad a presos políticos y retorno de exiliados; c) atender la crisis humanitaria, y d) respeto a la Asamblea Nacional y a la Constitución venezolana.

El revocatorio, advirtió ayer mismo el líder opositor Henrique Capriles, no es negociable. “Nosotros queremos diálogo en el país, pero un diálogo de verdad... Eso pasa por ponerle fecha al referéndum revocatorio, porque ese proceso democrático dará solución a lo que estamos viviendo. Aquí nadie puede negociar algo turbio”, dijo.

En un comunicado divulgado horas más tarde, la alianza opositora explicó que la reunión con dirigentes opositores se escenificó en “un contexto altamente favorable para la lucha del pueblo venezolano por la libertad y la democracia”, citando el pronunciamiento que hicieran el viernes los líderes del G7, quienes instaron al gobierno venezolano a que actúe en favor del diálogo para resolver “urgentemente” la crisis que agobia a este país —con una inflación que ronda 720%— y lo exhortaron a “respetar los derechos y libertades fundamentales”.

En un comunicado, en el que confirmó que no hubo reunión simultánea, la Unasur dijo que Zapatero, Fernández y Torrijos constataron que existe “voluntad del diálogo de ambas partes”, y propusieron nuevos contactos en un futuro próximo para acordar una agenda “que cumpla con los requerimientos de cada una de las partes y un método para el diálogo nacional”.

Las pláticas se dan en momentos en que el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, se prepara para presentar un informe, en los próximos días, sobre la situación venezolana. De concluir que hay una “alteración del orden constitucional”, podría solicitar la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, que podría derivar en la suspensión venezolana de la organización.

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