Un hotel habilitado para albergar a refugiados en Bautzen (este de Alemania) quedó seriamente dañado por un incendio presuntamente intencionado, ocurrido la madrugada del domingo, mientras grupos de vecinos festejaban sin reparos ante el edificio los destrozos provocados por las llamas.

El origen del siniestro, desatado pasadas las tres horas, se investiga en todas direcciones, aunque se parte de la base de que fue provocado, indicaron fuentes policiales.

Ante el edificio, un antiguo hotel que ha sido habilitado para albergar a inmigrantes a partir del próximo marzo, se habían apostado un grupo de 20 a 30 vecinos, muchos de ellos alcoholizados, que según la fuente festejaban “de modo inequívoco” lo que ocurría ante sus ojos.

Los agentes detuvieron temporalmente a tres hombres de entre 19 y 20 años por interferir en el trabajo de los bomberos. El edificio se encontraba vacío, por lo que no hubo heridos.

El incendio y la actitud de los vecinos generaron el rechazo del gobierno. “Aplaudir abiertamente cuando arden las casas y meter un miedo de muerte a los refugiados es actuar de forma repugnante y asquerosa”, escribió el ministro de Justicia alemán, Heiko Maas, en Twitter.

Los incendios en dependencias destinadas a acoger a refugiados, habitadas o en construcción, se han sucedido en los últimos meses.

El caso más relevante fue, el año pasado, el de un albergue en construcción en Tröglitz, también en el este del país, que quedó destruido, tras meses de protestas de neonazis contra la llegada a esa población de refugiados.

El incendio de anoche sigue al acoso registrado el pasado jueves en la localidad de Clausnitz, Sajonia, cuando un centenar de ciudadanos bloquearon durante horas el autocar en que viajaba un grupo de migrantes en dirección a su albergue. El primer ministro de Sajonia, Stanislaw Tillich, de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera la canciller Angela Merkel, condenó como “abominables” los incidentes de Bautzen y Clausnitz.

Los oficiales defendieron ayer su proceder. El presidente del sindicato de la Policía, Jörd Radek, dijo: “El grupo de agitadores es la causa del problema, no los refugiados, pero la reacción de algunos de ellos tampoco fue de ayuda”. También indicó que “nuestros colegas se encontraron en una situación que amenazaba con escalar y tuvieron que decidir como descomprimirla del mejor modo posible”.

El autocar con los asilados, un grupo de unas 25 personas que incluía mujeres y niños, se encontró con la calle bloqueada por coches cruzados sobre la calzada, mientras grupos de ciudadanos les insultaban y les increpaban: “Nosotros somos el pueblo”.

En las imágenes difundidas se ve a los refugiados atemorizados. En un video se observa a uno de los agentes tratando con dureza a un menor y, según medios alemanes, se produjeron situaciones tensas y malos tratos en otros casos. Pasaron varias horas hasta que el grupo de refugiados pudo llegar al albergue de Clausnitz.

Entre tanto, un solicitante de asilo de 20 años murió en un hogar de acogida de Dorfen, en el sur de Alemania, tras ser apuñalado por otro refugiado en medio de una pelea, informó ayer la policía. El sospechoso, de 38 años, se entregó sin ofrecer resistencia.

La llegada de refugiados a Alemania —1.1 millones recibió el país el año pasado— ha disparado las agresiones a inmigrantes y ataques contra albergues, habitados o en construcción.

Macedonia restringe el paso. Además, ayer se informó que Macedonia cerró su frontera sur con Grecia a los migrantes afganos y sólo permite la entrada a iraquíes y sirios.

Las autoridades del país confirmaron afirmaciones anteriores de la policía griega para señalar que respondían a un “efecto dominó” de restricciones similares de sus vecinos del norte. “Los serbios han detenido la entrada de refugiados afganos”, precisó la portavoz de la policía macedonia Natalija Spirova Kortikj, y agregó que Serbia no explicó los motivos de su medida.

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