París.— Sobre advertencia no hay engaño. El prefecto de la policía de París, Michel Cadot, había advertido que aplicaría la ley de “tolerancia cero” ante cualquier intento de manifestación con motivo de la Cumbre Climática COP21, por lo que un día antes del arranque oficial de la conferencia usó el rigor del estado.

Al grito de “Policía en todas partes, justicia en ninguna parte” y “Estado represivo”, centenares de personas, algunos de ellos encapuchados y vestidos de negro, trataron de tomar la Plaza de la República en protesta por los “abusos” del estado de emergencia tras los atentados del día 13.

“Estoy aquí para ejercer mi derecho a manifestarme y para denunciar a un gobierno que usa la lucha contra el terrorismo para reprimir todo tipo de movilización”, dijo a EL UNIVERSAL un hombre que se identificó como Christophe, que ocultaba su rostro detrás de una capucha y lentes oscuros.

La situación se agravó 20 minutos después de iniciar la concentración, alrededor de las 14:00 horas, cuando la manifestación comenzó a recorrer el lugar chocando en cada arteria con la policía antidisturbios. Al lanzamiento de todo tipo de proyectiles, los oficiales respondieron con macanas y gases lacrimógenos.

Los manifestantes más violentos se armaron hasta con las macetas y los recipientes de vidrio de las veladoras que forman el monumento a las víctimas de los atentados coordinados de dejaron 130 muertos.

Los activistas más moderados trataron de impedirlo, hicieron una cadena alrededor de la ofrenda que se ha ido formando en la Marianne, el monumento que representa la madre patria francesa y que descansa en el corazón de la plaza.

Después de más de una hora de enfrentamientos, centenares de oficiales entraron a la plaza resguardados por más de una docena de vehículos policiacos y fueron poco a poco acorralando a los manifestantes hasta disipar la multitud.

Poco antes de los enfrentamientos violentos, las organizaciones no gubernamentales Alternatiba y Attac convocaron una “cadena humana” a lo largo de la avenida Voltaire, para denunciar la “emergencia climática que enfrenta el planeta”. En total participaron en la cadena de 3 kilómetros unas 10 mil personas pese a la prohibición.

La jornada se saldó con 289 detenciones hasta anoche, según cifras de la Prefectura de Policía de París.

Con información de EFE

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