Mañana, alrededor de 155 jefes de Estado y de gobierno, incluyendo al presidente Enrique Peña Nieto, se reunirán en París con ocasión de la 21° Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como COP21.

La comuna de Le Bourget, en las afueras de París, estará en el centro de la atención mundial durante las próximas dos semanas porque se espera que en la COP21 se adopte un nuevo acuerdo internacional vinculante, universal y de largo plazo que nos permita hacer frente al reto global más grande del siglo XXI: el cambio climático. El “Acuerdo de París” buscará evitar que el aumento en la temperatura atmosférica global rebase los 2º centígrados.

El cambio climático es democrático: afecta a todos los países, desarrollados y en vías de desarrollo y a todas las regiones. No conoce fronteras ni nacionalidades. El cambio climático tendrá efectos diversos y atroces que ponen en riesgo el patrimonio natural y cultural del mundo. Agudizará la perdida de la biodiversidad del planeta al provocar la desaparición de especies; amenaza la seguridad alimentaria y limita gravemente al desarrollo. El tránsito hacia una economía global baja en carbono, que sea competitiva, sostenible y resiliente, plantea retos significativos, pero los costos de la inacción son inmensurables.

La comunidad internacional no debe escatimar esfuerzos para que el resultado de la COP21 sea exitoso. Las acciones que tomemos en París no pueden ser exageradas, pues la humanidad no tiene otra opción. Como señaló el papa Francisco hace unos días en Nairobi, “sería triste y catastrófico que los intereses particulares prevalezcan sobre el bien común”.

Si bien el desafío que tenemos por delante es grande, no es imposible. La asistencia de más de 150 Jefes de Estado y de gobierno es un reflejo de que existe voluntad política de alcanzar un acuerdo eficaz, ambicioso y justo.

Otro augurio significativo es la impresionante respuesta que ha obtenido la presentación de las Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (INDC), para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. A la fecha, 175 países han presentado sus contribuciones, incluyendo a todos los desarrollados y a los principales emisores a nivel global. México, un actor con responsabilidad global y líder en el tema, ha hecho lo propio.

Además de ser el primer país en desarrollo que presentó su INDC, México propuso el establecimiento del Fondo Verde, al cual ya realizó una aportación de 10 millones de dólares. Estas acciones son reflejo de la visión responsable que reafirma a México como ejemplo de lo que sí se puede lograr.

Nuestro país acude a París con un ánimo constructivo y optimista. A pesar de ser un emisor moderado de gases de efecto invernadero, asume plenamente su responsabilidad frente a este desafío global. La participación del presidente Enrique Peña Nieto en la COP21, así como su participación en los eventos a los que ha sido invitado en el marco de esta Conferencia, son una muestra clara del liderazgo y compromiso de México con el cambio climático.

Los líderes reunidos en la Conferencia de París, tienen la responsabilidad y la oportunidad histórica de hacer frente a este reto, con el apoyo de otros actores como la sociedad civil y el sector privado. Los elementos para alcanzar un acuerdo ya existen. Sólo falta desplegar la creatividad colectiva para terminar de armar el rompecabezas. Se lo debemos a la población mundial y a las generaciones futuras.

Subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos

Google News

Noticias según tus intereses