Cientos de rescatistas recuperaron hasta el sábado 73 cadáveres, batallando con toneladas de tierra y escombros de un alud que sepultó un barrio entero en Guatemala, mientras se desvanecían las esperanzas de hallar sobrevivientes de la tragedia.

Cerca de 350 personas quedaron desaparecidas después de uno de los peores desastres en el empobrecido país centroamericano, ocurrido en la noche del jueves tras días de intensas lluvias que provocaron el desprendimiento de parte de una colina en el barrio El Cambray 2, ubicado en Santa Catarina Pinula, una pequeña villa a 15 kilómetros al sureste de Ciudad de Guatemala.

Durante todo el día, cientos de bomberos, policías, soldados y hasta boy scouts trabajaron en las labores de rescate, incluso utilizando una veintena de máquinas excavadoras, una de las cuales levantó en su pala el cadáver de una niña pequeña.

Los rescatistas calculan que el deslave sepultó cerca de 125 viviendas, de las que comenzaron a asomar enseres como colchones, libros, juguetes y ropa a medida que avanzaban las excavaciones.

"Desgraciadamente así es" , dijo Sergio Cabañas, oficial del comando de incidentes de la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred) , refiriéndose a que ya no hay esperanzas de hallar sobrevivientes. "Pero nosotros todavía tenemos la esperanza de seguir buscando y que salga una persona con vida".

En el lugar del desastre, familiares y amigos de las víctimas lloraban y aguardaban al menos hallar los cuerpos de sus seres queridos para darles sepultura.

"No espero encontrarlo vivo, pero sí espero encontrar su cuerpo. Tengo que enterrarlo, no puedo dejarlo ahí" , dijo Gaby Ramírez, un joven de 18 años cuya casa quedó medio sepultada pero cuya familia logró escapar. Su hermano estaba en la casa de un vecino que fue soterrada por el alud.

El Ministerio Público de Guatemala dijo en su cuenta en la red social Twitter que se han recuperado 73 cuerpos. La portavoz del Ministerio Público, Julia Barrera, dijo que 27 cadáveres fueron identificados por sus familiares, pero con los demás hay dificultades debido al número de horas transcurridas desde el alud, por cual se les aplicarán exámenes de ADN.

ANGUSTIOSA ESPERA

Otros familiares hicieron una larga fila frente a una morgue improvisada para intentar identificar los cadáveres o incluso algunas partes de cuerpos recuperados.

"Estoy aquí desde las 6 de la mañana porque 21 de mis familiares están desaparecidos" , dijo entre sollozos Ana María Escobar, un ama de casa de 48 años. Muchas personas llevaban en sus manos fotos de sus seres queridos.

"Esto es lo peor que nos ha pasado, pero vamos a enterrarlos como Dios manda" , agregó en la fila, mientras socorristas pasaban de vez en cuando cargando camillas con los fallecidos.

Marisela López, de 24 años, buscaba junto con su madre a su hermano de 17 años, que vivía solo al fondo de la casa de unos tíos. No pudieron hallarlo en los hospitales. "Ahora pensamos que seguro no logró salir y está soterrado" , dijo.

La montañosa Guatemala es de las naciones más vulnerables del mundo a los desastres naturales por las intensas lluvias y huracanes que afectan a su territorio, pero además por la extendida pobreza que lleva a muchos a vivir en zonas peligrosas.

Pese a que autoridades habían advertido hace tiempo del riesgo para barrio El Cambray 2, fundado en 1999 al pie de una colina y cerca de un río, el asentamiento siguió creciendo en los últimos años mezclando casas de bloques de cemento con otras más inestables de madera y lámina de zinc.

La catástrofe es la peor que se recuerda en Guatemala desde que en 2005 cientos de personas quedaran sepultadas en Panabaj, en el municipio de Santiago Atitlán, debido a las torrenciales lluvias que dejó el huracán Stan. El lugar fue declarado cementerio ante la imposibilidad de recuperar todos los cuerpos.

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