Amán.— Aviones de guerra rusos atacaron el domingo a rebeldes no afiliados con el Estado Islámico (EI), dijeron insurgentes, lo que ayudó al aliado de Moscú, al presidente sirio Bashar al-Assad, a reclamar territorio y propinar un nuevo revés a la estrategia de Washington y sus aliados en ese país.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un grupo con sede en Inglaterra que hace un seguimiento del conflicto de cuatro años, dijo que el Ejército sirio y sus aliados milicianos libaneses de Hezbolá tomaron el control de Tal Skik, tras fuertes bombardeos rusos.

Eso lleva a las fuerzas del gobierno sirio más cerca de posiciones en poder de los insurgentes junto a la carretera que une las principales ciudades sirias. El área está en manos de una alianza rebeldes que no incluye a combatientes del EI.

El Ministerio de Defensa ruso dijo ayer que en las últimas 24 horas, sus aviones realizaron 64 incursiones, atacando a 63 blancos y destruyendo 53 posiciones fortificadas.

La organización Human Rights Watch (HRW) advirtió ayer que Rusia utilizó un nuevo tipo avanzado de bombas racimo en un ataque aéreo la semana pasada en Aleppo.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó que la misión de los militares rusos en Siria es estabilizar a las autoridades legítimas del país árabe y crear condiciones para un arreglo político, en una entrevista difundida ayer por el canal Rossía 1 de televisión rusa. Añadió que Rusia comunicó a su socios con antelación sus planes para lanzar operaciones aéreas, pese a que “nunca nadie le ha informado a Rusia de los preparativos o del comienzo de operaciones semejantes”.

En tanto, diversas aerolíneas y organismos internacionales de supervisión aérea muestran preocupación por las armas implementadas por Rusia en el conflicto sirio, dijeron ayer medios alemanes. Sobre todo para aerolíneas que sobrevuelan el Mar Caspio, Irán e Irak.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses