Migrantes entraron en masa en la estación de tren de Keleti, en Budapest, el jueves por la mañana luego de la retirada de los agentes de policía que custodiaban el edificio, pero el operador de trenes dijo que no habría convoyes que viajen a Europa Occidental.

Un portavoz de la compañía estatal de ferrocarriles húngara MÁV advirtió de que no partirán trenes con destinos fuera del país, sino solo convoyes hacia el norte de Hungría. La empresa ferroviaria dijo que su decisión se debe a razones de seguridad en el "transporte ferroviario".

Anoche, las autoridades informaron a los miles de refugiados reunidos allí que solo podrán continuar su viaje después de su registro, para lo que deberán ir a algunos de los campamentos de acogida, todos fuera de la capital, informó el portal hvg.

Según pudo comprobar Efe, el caos se apoderó de la estación y un tren con destino previsto a la ciudad de Sopron, en el noroeste del país, junto a la frontera con Austria, quedó rápidamente abarrotado.

Los refugiados intentaban a toda costa subir, apretándose unos a otros, y en un vagón se desató una pelea con individuos que se pegaban con cinturones.

Un empleado de MÁV aseguró a Efe que por el momento y hasta nuevo aviso el tren no va a salir.

Desde el martes las fuerzas de seguridad húngaras tenían bloqueada la entrada a la estación, en cuyos aledaños acampan más de mil refugiados en su espera para embarcar hacia el oeste de Europa.

Ni la policía ni las autoridades explicaron de inmediato las decisiones tomadas el jueves.

La crisis creada por la llegada masiva de refugiados a Hungría será tratada hoy en Bruselas, en una reunión del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, con las máximas autoridades de la Unión Europea.

La policía se dio a la tarea de evitar que aquellos que tenían boletos válidos, pero no documentos de viaje, pudieran subir a trenes con dirección a Austria y Alemania, el destino deseado por la mayoría de los migrantes.

Por otro lado, la policía húngara informó de que ayer se interceptaron a 2 mil 61 refugiados, entre ellos 353 menores, que entraron en Hungría y de que se iniciaron procesos legales contra 9 personas por tráfico ilícito de personas.

El Parlamento de Budapest comenzará hoy los debates sobre unos proyectos de ley presentados por el gobierno para endurecer la legislación sobre la inmigración.

Estas leyes, entre otros, castigarán con penas de hasta 3 años de cárcel el cruce ilegal de la frontera, crearán zonas de tránsito cerradas en la frontera y abrirán las puertas a la movilización del ejército en la defensa de las fronteras.

Anoche miles de húngaros participaron en una marcha en contra de estos proyectos del gobierno del conservador Orbán.

(Con información de AP)

jlc

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