Debido a la acentuada y prolongada escasez de detergentes para lavar ropa, algunos venezolanos optaron por cambiar su indumentaria dos veces a la semana y otros aprovechan cuando están en casa para orear al sol sus atuendos.

“Lavar la ropa se convirtió en una tarea sumamente compleja, por eso la blusa y falda que utilizo para el trabajo debo mantenerla limpia el mayor tiempo posible", dijo a Notimex Clara Ríos, quien se desempeña como telefonista en una empresa privada de seguridad.

Refirió que su ropa de trabajo, como la de sus hijos las lava únicamente con agua y utilizando una piedra porosa del río, como lo hacían las abuelas de antes. "A pesar de que es harto complicado lavar así, las piezas no quedan limpias, sino todas percudidas".

Notimex realizó visita a supermercados del centro, este y oeste de Caracas y pudo verificar que en los anaqueles donde usualmente se coloca el jabón en polvo se han dispuesto otros productos para cubrir los espacios vacíos.

Joao Da Silva, gerente de un automercado en Caracas, afirmó que este año recibió detergente en dos oportunidades y que fue tal el frenesí de los clientes que al ver el producto le cayeron en poblada y no dieron oportunidad a los empleados de ordenarlos en los anaqueles.

Pedro Patiño, empleado de una Notaría Publica, dijo que como su esposa no consigue jabón en ningún lado, trata de no ensuciar su ropa de trabajo. "De todas maneras, al llegar a casa la coloco al sol para que se le extinga el olor a sudor, es decir la pongo a orear".

Agregó que el detergente desapareció de los abastos y supermercados, pero que los "bachaqueros" (personas que se dedican a la reventa con sobreprecio), los exhiben en las aceras y piden hasta tres mil bolívares por una bolsa de un kilogramo del producto.

"El gobierno debería indagar donde consiguen el detergente estos 'bachaqueros', es decir, quién se los suministra y aplicar todo el peso de la ley, tanto al mayorista, como al vendedor al detalle que especula con los precios a sus hermanos de clase”, dijo Patiño.

Luis Aponte, empleado de una misión social del gobierno dijo que las trasnacionales, fabricantes de detergentes, pararon su producción en Venezuela y se incorporaron a la tarea desestabilizadora que desarrolla la oligarquía venezolana. "Una verdadera guerra sucia", denunció.

Refirió que hasta ahora su esposa no ha tenido problema con el lavado de la ropa, ya que todos los sábados la envían a la lavandería automática. "Aunque sale caro, todavía puedo hacerlo, porque tengo un trabajo estable y gano bien", sostuvo Aponte.

Además del jabón en polvo, otros artículos de limpieza del hogar e higiene personal continúan presentando fallas en suministro. Desodorante, crema dental, jabón de baño, champú, toallas sanitarias y afeitadoras están entre los más escasos, dijeron consumidores.

jlcg

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