Atenas.— La isla griega de Kos llamó urgentemente a Atenas a brindarle respaldo para lidiar con la llegada de miles de inmigrantes, después de que ayer se desataran disturbios.

Según dijeron periodistas locales, por la mañana cientos de migrantes que reclamaban un proceso rápido de registro para obtener sus papeles para poder salir de la isla y seguir su viaje al centro de Europa, empezaron a bloquear con una sentada la principal carretera costera a la ciudad más grande de la isla. “¡Queremos papeles, queremos comer!”, corearon.

Testigos también reportaron violentos enfrentamientos y ataques a la policía, que golpeó a los migrantes con porras y los roció con extintores. El alcalde de la isla, Giorgos Kyritsis, dijo que 7 mil inmigrantes llegaron a Kos y advirtió de un “derramamiento de sangre” en una carta a Atenas difundida ayer.

En las últimas semanas se han producido protestas similares en varias de las islas griegas que reciben más migrantes, como Lesbos. La Guardia Costera griega rescató a 329 migrantes en aguas de Lesbos y Kos en siete operaciones distintas de búsqueda y rescate en las 24 horas desde el lunes por la mañana.

La vicepresidenta del Bundestag alemán Claudia Roth describió la situación de los refugiados en Kos como un “infierno en la tierra”, en una entrevista con DPA durante el segundo día de su visita a la isla. “Aquí reina el caos. Y las tensiones son cada vez más elevadas”, advirtió. “Nunca he visto algo como esto”, añadió, apuntando que la situación es realmente dramática. “Esto no puede continuar”.

Según cifras del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), en los primeros siete meses de 2015 han desembarcado en Grecia 124 mil refugiados e indocumentados, principalmente en las islas de Kos, Lesbos, Jíos, Samos y Leros, cercanas a las costas de Turquía.

En Italia, mientras tanto, empresarios del sector turístico y dueños de restaurantes temen que la creciente presencia de inmigrantes y la acogida en centros tradicionales de vacaciones ahuyente al turismo y provoque pérdidas. “La estación de tren de Milán parece un campo de refugiados”, dijo Bernabó Bocca, presidente de la asociación hotelera Federalberghi.

Por lo pronto, el turismo florece. En los meses de verano de 2015, llegó a Italia un 2.5% más de turistas extranjeros que en el mismo periodo del año anterior, admitió Federalberghi. Agencias

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