San José.— El cubano Elizardo Sánchez Santa Cruz-Pacheco fue visitante frecuente de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, pero por más de medio siglo nunca pudo visitar una embajada de Washington en La Habana, ya que las relaciones diplomáticas quedaron rotas en enero de 1961 y los nexos con sedes de rango de sección de intereses, al cobijo de Suiza, se iniciaron en 1977.

Ex reo político, disidente y presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, ilegal en un régimen en el que sólo existe el Partido Comunista, Sánchez, de 71 años, dijo a EL UNIVERSAL, vía telefónica, que aplaude la reapertura de embajadas pero censura que Cuba niegue libertades a los cubanos.

¿Qué cambios prevé con la reapertura de embajadas?

—No habrá impacto bilateral significativo inmediato y menos en Cuba. La inmensa mayoría del pueblo seguirá sumida en la pobreza y la desesperanza y la situación de derechos civiles y políticos seguirá siendo, a corto plazo, la peor en el Hemisferio Occidental. Pero vemos con buenos ojos que se restablezcan relaciones.

La existencia de embajadas de EU nunca disminuyó la pobreza en ningún país.

—Sí, pero hay muchas expectativas. En la población cubana (el presidente de EU Barack) Obama se ha convertido en una personalidad muy popular. La gente lo ve con simpatía.

La mayoría piensa que pudiera significar un mejoramiento y, lamentablemente, me parece que esa mayoría está equivocada. No estamos ante un hecho espectacular, aunque es un espectáculo en sí mismo… sin impacto en la mayoría.

¿Vislumbra que se correrá el velo para cumplir el reclamo de la disidencia de que haya democracia en la isla?

—No, no se va a descorrer el velo. Se va a mantener como lo han hecho con éxito los gobiernos autoritarios de China, Vietnam, Corea del Norte. El día en que, como dijo el papa Juan Pablo II (en la isla caribeña en 1998), Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba, cuando ocurra eso, diremos que se ha avanzado algo significativo. Todavía hoy hay una lista negra de periodistas a los que el gobierno cubano prohíbe entrar al país o les condiciona la entrada.

Una sociedad democrática debe estar abierta a la opinión pública y eso no ocurre ni va a ocurrir en un plazo lamentablemente largo, porque sigue en pie en Cuba el Estado policial y un gran sistema de espionaje. Al Papa le faltó pedir que Cuba se abra a los cubanos. Eso ni me atrevo a mencionarlo, es todavía más difícil.

El gobierno cubano mantiene al país como sociedad cerrada y está cerrado a opiniones y esperanzas de la inmensa mayoría del pueblo. Al gobierno cubano le viene muy bien eso de mantener una imagen de fortaleza sitiada (por EU y el embargo económico impuesto en 1962).

¿Podrán los diplomáticos de EU contactar a la disidencia, a la que La Habana califica de mercenaria y proyanqui?

—Cuba se opuso ferozmente, para limitarles los movimientos. La Convención de Viena consagra la libertad de movimiento de los diplomáticos en su labor normal de contactar a autoridades y sociedad civil.

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