La tensión en Ucrania y la crisis en Grecia dominaron ayer la cumbre anual del grupo de las siete naciones más industrializadas del mundo, el G-7 (Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia, Reino Unido, Japón y Canadá), marcada por la ausencia del ruso Vladimir Putin y las protestas de miles de críticos.

El tono de la reunión en el palacio de Elmau, un lujoso hotel situado unos 100 kilómetros al sur de Munich, quedó definido desde temprano por la canciller alemana y anfitriona, Angela Merkel, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Los dos principales líderes del bloque acordaron continuar con las sanciones a Moscú “hasta que Rusia respete por completo los acuerdos de Minsk y la soberanía de Ucrania”, informó la Casa Blanca tras una reunión bilateral entre ambos mandatarios previa a la cumbre. Obama ratificó antes del inicio de la cumbre su apuesta por “hacer frente a la agresión de Rusia en Ucrania”.

“Creo que enviaremos un mensaje de unidad desde aquí”, confió luego Merkel en una entrevista con la cadena alemana ZDF, aunque añadiendo que las sanciones “no son un fin, sino un instrumento para lograr objetivos”.

Las sanciones impuestas a Rusia a causa del conflicto en Ucrania, aseguró Merkel, sólo podrán retirarse cuando desaparezca la razón que las causó.

En la misma línea, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recordó por su parte que el G7 “era hasta hace un año el G8. No es solo un grupo de interés económico, es un foro de países que comparten valores”, puntualizó.

Por otro lado, los socios europeos del G7 reconocieron ayer ante los lideres de Estados Unidos Japón y Canadá que no hay todavía solución para la crisis griega, dejando patente los desencuentros entre Atenas y sus acreedores en la primera jornada de la cumbre, organizada en el palacio bávaro de Elmau.

Merkel explicó a la ZDF que ella y el presidente francés, François Hollande, expusieron sus opiniones sobre Grecia, tras hablar ayer anoche por teléfono con el primer ministro heleno, Alexis Tsipras. “No podemos decir aún que el problema esté resuelto”, reconoció Merkel, quien no obstante se comprometió a seguir trabajando con “énfasis” para lograrlo.

En otros temas, Obama, instó a Reino Unido ayer a permanecer en la Unión Europea debido a la positiva influencia que su liderazgo ha tenido en el bloque de varios países y el mundo.

La cumbre, rodeada de extraordinarias medidas de seguridad que mantienen alejadas las protestas de los activistas desplazados hasta la región de los Alpes bávaros, continuará hoy con una agenda centrada en la lucha contra el cambio climático, el combate del terrorismo yihadista y el desarrollo. Se sumarán para ello diversos jefes de Estado y de Gobierno africanos y árabes, así como los responsables de las principales organizaciones internacionales.

El primer día de la cumbre dejó además su imagen más pintoresca gracias al desayuno con salchichas y cerveza que Merkel ofreció a Obama en el idílico pueblo alpino de Krün entre decenas de sus poco más de mil 900 vecinos ataviados con trajes típicos.

Google News

Noticias según tus intereses