El Cairo.— El fiscal general de Egipto, Hisham Barakat, azote de los islamistas, murió ayer como consecuencia de un atentado terrorista en El Cairo, el más grave perpetrado contra la judicatura egipcia, que se ha convertido en el nuevo blanco de los terroristas.

Una potente bomba, colocada en un vehículo, fue detonada por control remoto al paso del convoy de Barakat en el barrio acomodado de Masr al Gedida, en el noreste de la capital.

El fiscal fue ingresado en estado grave en el Hospital Internacional Al Nozha, donde falleció tras una intervención quirúrgica a causa de una hemorragia interna en los pulmones, informaron fuentes médicas.

Otras ocho personas, entre ellas dos escoltas de Barakat, resultaron heridas en la explosión, según el Ministerio de Sanidad, que en un principio restó gravedad a lo sucedido indicando que el fiscal solo tenía un hombro dislocado y cortes en el rostro.

“Este tipo de ataques despiadados no disuadirán al Estado de seguir en su camino hacia el desarrollo, la adopción de derechos y a cumplir con las esperanzas y aspiraciones del pueblo egipcio”, dijo la oficina del presidente Abdel Fatah al-Sisi. “El terrorismo mató al principal hombre de nuestra fiscalía, pero, pese a eso, no nos asustaremos y continuaremos nuestro trabajo”, dijo el juez Ashraf Abdelhady.

Un grupo llamado “Resistencia del pueblo” se atribuyó el atentado a través de Facebook. Por su parte, el Servicio de Información del Estado (SIS, por sus siglas en inglés) acusó a los Hermanos Musulmanes de perpetrar el ataque.

No obstante, la agrupación condenó el atentado. El portavoz de los HM, Mohamed Montaser, tildó en un comunicado de “inaceptable” el asesinato de Barakat y afirmó que “no hay forma de detener el derramamiento de sangre, si no es acabando con el golpe militar y volviendo a darle poder a la revolución”.

Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU condenaron “en los términos más enérgicos el asesinato cobarde” del fiscal general egipcio.

De igual forma se expresó Estados Unidos, quien además, según dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ned Price, “apoya a Egipto en este momento difícil, ya que continuamos trabajando juntos para luchar contra el flagelo del terrorismo”.

Por otro lado, Amnistía Internacional (AI) denunció hoy el encarcelamiento de los jóvenes que lideraron la revolución egipcia de 2011 y la vuelta al estado policial en Egipto, dos años después del derrocamiento del presidente islamista Mursi.

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