Miles de personas se manifestaron ayer en Guayaquil (suroeste) en contra del presidente de Ecuador, Rafael Correa, en una marcha encabezada por el alcalde de esa ciudad, el opositor Jaime Nebot, quien aseguró que “el país de Correa se acabó”.

La protesta contra la incorporación de nuevos impuestos a las herencias y plusvalía transcurrió por la avenida 9 de octubre de la ciudad portuaria, donde Nebot acusó a Correa de “mentiroso” y “farsante” al tiempo que calificó la protesta de “hito” para impedir “que esta vez se ultraje al Ecuador”.

El alcalde, quien aseguró que es momento “de rescatar al país”, planteó que se quiere un Ecuador “donde el derecho a prosperar tenga premio y no tenga castigo”. “Un país libre, justo, aguerrido y unido”, enfatizó ante los congregados.

Nebot criticó el diálogo convocado oficialmente para los temas de justicia social y equidad porque dijo que “no tiene credibilidad el gobierno para convocar a un diálogo a estas alturas”.

En Quito también se desarrolló una concentración convocada por otro político opositor, el asambleísta Andrés Páez.

Giro. En este contexto, Correa anunció un cambio a su propuesta de impuestos a las herencias. Dijo que no es lo mismo heredar una casa que una empresa y planteó que, para no afectar la “producción y el empleo”, se flexibilizará la tasa a la herencia a personas con negocios en marcha.

Las polémicas reformas buscan elevar la tasa y el monto base para el impuesto a la herencia y fijar un tributo del 75% para los ingresos extras por la venta de inmuebles, lo que crispó los ánimos de empresarios, opositores y parte de la ciudadanía.

En la provincia costera de Manabí, en donde desarrolló ayer actividades, Correa reiteró en respuesta a estas manifestaciones que sus promotores no están defendiendo a los ciudadanos. “Están defendiendo como siempre sus bolsillos, su patrimonio, su concentración de poder”, expresó. “No es que estemos contra los ricos, estamos a favor de los pobres” aclaró.

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