En el primer gran discurso de su campaña por la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton se presentó ayer como una defensora de la clase media y de los indocumentados y puso énfasis en que, de triunfar, se convertirá en la primera mujer en estar a cargo de la Casa Blanca.

“Debemos ofrecer a las familias inmigrantes que trabajan duro y cumplen con la ley un camino a la ciudadanía. No un estatus de segunda clase”, dijo Clinton ante miles de simpatizantes reunidos en la isla Roosevelt del río Este, a quienes pidió unírsele para construir un EU “donde no dejemos a nadie afuera ni atrás”. “No me presento para algunos estadounidenses, sino para todos los estadounidenses”, insistió la demócrata.

El lugar elegido, que recuerda al presidente del New Deal con el que EU respondió a la Gran Depresión, tiene mucho de simbólico para Clinton, que dijo inspirarse en las políticas en favor del estadounidense medio que impulsó Franklin Delano Roosevelt. “Igualdad de oportunidades. Trabajo para el que pueda trabajar. Seguridad para los que la necesitan. El fin de los privilegios especiales para unos pocos. La defensa de las libertades civiles para todos. Un amplio y constante crecimiento de los estándares de vida”, enumeró Clinton, de 67 años, acompañada de su esposo, el ex presidente Bill Clinton, y su hija Chelsea.

Clinton afirmó que “la prosperidad no puede ser sólo para los gestores de fondos de inversión. La democracia no puede ser sólo para los multimillonarios y las grandes empresas”. Luego, remató: “Seré la mujer presidenta más joven en la historia de EU. Y también la primera abuela”, aludiendo a que en septiembre nació su nieta.

En tanto, el equipo del ex gobernador de Florida Jeb Bush, quien anunciará mañana su intención de concurrir a las elecciones primarias de los republicanos, lanzó ayer un video, que hace un recuento de sus logros.

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