Se llaman Martín Paz y José Vicente García, son dos jóvenes venezolanos que desde las 3:00 de la tarde del viernes pasado iniciaron una huelga de hambre, muy cerca de la Plaza de San Pedro, con el anhelo de que el papa Francisco o alguna autoridad vaticana los reciba, porque “representamos la esperanza de mucha gente en Venezuela que cree que la Iglesia católica puede ayudarnos a resolver los graves problemas de nuestro país”, dijeron a EL UNIVERSAL.

Provenientes de San Cristóbal, capital del estado de Táchira, los dos jóvenes comienzan a sentir los efectos de no alimentarse. José Vicente, visiblemente debilitado, prefiere que hable Martín, quien dijo que su objetivo es ser escuchados, porque hoy el pueblo venezolano no tiene a quién acudir. “El gobierno ha cercado las instituciones, por ello hoy hay más de 51 personas en templos católicos de nuestro país pidiéndole a la Iglesia intervenir para que cese la persecución, la represión política y la vejación de los derechos humanos”.

También dijo que estaban en el centro de la religión católica para “hacer visible ante el mundo lo que el gobierno de Caracas intenta ocultar con su política internacional. Estamos haciendo conocer lo que pasa en Venezuela, donde hay más de 70 personas en la cárcel por pensar distinto y por protestar de manera pacífica. Muchos de ellos también están en huelga de hambre”.

Martín recordó que ayer los visitó la Cruz Roja Internacional y que es posible que envíe a algunos representante a su país para velar por la salud y los derechos de los presos políticos, aclarando que su “lucha en realidad no es política sino humanitaria, por los derechos humanos en Venezuela”.

Refiriéndose a la cancelada visita del presidente Nicolás Maduro al Vaticano, Martín dijo estar convencido que “el virus que impidió este viaje es el virus de la libertad. En Venezuela están diciendo que la gripe y la otitis que lo afectaron se llaman Martín Paz y José Vicente García. Fue en parte la presión internacional que hemos hecho desde aquí lo que lo hizo desistir”.

Todo lo anterior funcionó, pero también influyó el temor del presidente Maduro a estar en el Vaticano, porque “sabía que el papa Francisco, con su buen corazón y conociendo nuestra realidad, le iba a pedir que liberara inmediatamente a los presos políticos. Para no adquirir un compromiso con el Papa, Maduro se enfermó de algo que ni Venezuela ni el mundo cree”, dijo Martín.

El joven precisa que su lucha no es contra Maduro, que recurren a la Iglesia porque ésta siempre “ha buscado la reconciliación de lo pueblos” y porque también conocen “la influencia que tiene el Papa, por su solvencia moral, en América Latina y en el mundo”, razón por la cual quieren que “interceda con el gobierno para que cese la represión y sean liberados los presos políticos”.

Los jóvenes dicen que les bastaría ser recibidos por algún exponente de la jerarquía católica, porque “queremos ser escuchados por una institución, por un Estado que tiene toda la fuerza, el poder y la solvencia moral para poder interceder ante el Estado venezolano”. Poder dialogar con el papa Francisco significaría, dijo Martín, “enviar un mensaje de esperanza a nuestro pueblo”.

Felipe se regresa. En tanto, las agencias de noticias reportaron ayer que el ex presidente español Felipe González dejó Venezuela, luego de que las autoridades le impidieran visitar a los políticos presos Leopoldo López y Daniel Ceballos. Al respecto, el presidente de Bolivia, Evo Morales, calificó la visita de González como un ejemplo de “nuevo colonialismo”. Además, tildó al ex presidente español de “patrón europeo”.

Con información de agencias

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