Washington.— Estados Unidos y Cuba aseguraron ayer estar “cada vez más cerca” del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, pero reconocieron que aún siguen enfrascados en el espinoso asunto de la apertura de las embajadas y la libertad de movimientos que tendrán los funcionarios una vez que ambos países decidan reabrir sus sedes en Washing-ton y La Habana.

“Sigo siendo optimista, pero también realista”, aseguró la secretaria de Estado Adjunta de EU para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, al reconocer que la tarea de superar una complicada historia de desencuentros de 54 años no es nada fácil. “Cada vez nos acercamos más a nuestra meta. Hemos hecho grandes avances en los últimos cinco meses. Pero aún hay varios asuntos por resolver”, insistió Jacobson, en alusión al complejo asunto de las embajadas.

En este sentido, la funcionaria reconoció que su embajada en La Habana podría operar “en un ambiente restrictivo”, pero con suficiente margen para que los funcionarios diplomáticos puedan desarrollar su trabajo.

“Esperamos que nuestra embajada en Cuba operará en un rango muy parecido a embajadas que ya tenemos en otros países en donde nuestras sedes operan bajo un ambiente restrictivo. Dicho esto, confío en que una vez que alcancemos un acuerdo, nuestra embajada operará eficazmente y nuestro personal podrá desarrollar su trabajo”, señaló.

El hecho de que la embajada de EU abra sus puertas bajo un régimen restrictivo ha sido criticado y aprovechado por senadores demócratas y republicanos —principalmente los vinculados al poderoso grupo de cabildeo cubano—, para cuestionar la conveniencia de ceder a las exigencias del gobierno de La Habana.

El fin de las conversaciones dejó ayer en suspenso la posible celebración de una nueva ronda de consultas, transmitiendo así una sensación de punto muerto en las negociaciones. “Nos estamos apegando a lo que dicta la Convención de Viena. Confío en que los funcionarios de nuestra representación en La Habana y los representantes de Cuba en Washington podrán seguir con los temas que siguen pendientes”, añadió Jacobson sin entrar en detalles.

En el mismo tono, la jefa de la delegación cubana, Josefina Vidal, aseguró que tras esta cuarta ronda de conversaciones “hemos avanzado y hecho progresos”. Reconoció, sin embargo, que el asunto de la reapertura de las embajadas seguirá concentrando la atención de ambas partes en el curso de las próximas semanas.

“Hemos intercambiado puntos de vista sobre el funcionamiento y la conducta de los diplomáticos. No quiero entrar en detalle de lo discutido, ni sobre las posiciones que hemos adoptado porque este tema aún sigue bajo discusión. Pero seguiremos hablando en las próximas semanas...”, señaló.

Josefina Vidal dejó en claro que, “una vez que se restablezcan las relaciones”, su gobierno confía en que ambas naciones avanzarán más en el asunto del embargo comercial que sigue pesando sobre la isla.

En este sentido, agradeció la voluntad política demostrada por el presidente Barack Obama al sacar a Cuba de la lista negra de naciones que patrocinan el terrorismo internacional. Se espera que el 29 de mayo, el Congreso de EU haga oficial su respaldo a esta decisión.

Confirmó, además, que la representación de los intereses de Cuba en EU ha conseguido la apertura de una cuenta bancaria en el Banco Stonegate, con sede en Florida, para comenzar a operar y para facilitar así los trabajos de la futura embajada.

Durante la rueda de prensa en el Centro de Prensa Extranjera, Vidal reveló que durante las últimas semanas “hemos tenido varios encuentros a nivel técnico para discutir temas relacionados con la aviación civil, el tráfico de personas, derechos humanos, fraude migratorio, áreas marinas protegidas, hidrografía, cartas náuticas y especies marinas protegidas”.

Adelantó, además, que en subsecuentes encuentros se discutirán intercambios en materia de salud.

La cuarta reunión concluyó así entre mensajes comedidos de buena voluntad, pero con evidentes diferencias. Los diálogos celebrados en el Departamento de Estado se vieron robustecidos con la presencia de periodistas cubanos que por primera vez asistieron a una rueda de prensa en la Casa Blanca y por los mensajes del portavoz presidencial, Josh Earnest, sobre la posibilidad de que Obama visite “en un futuro cercano” la isla.

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