Al menos 462 personas han muerto durante la semana que ha durado la ofensiva del grupo terrorista Estado Islámico (EI) contra la ciudad histórica de Palmira y otras zonas del este de la provincia central siria de Homs, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

De esas víctimas mortales, 71 eran civiles -doce de ellos menores-, de los que al menos 22 fallecieron por el impacto de los proyectiles de mortero del EI y los bombardeos de la aviación del régimen.

El resto fueron asesinados por los extremistas, como diez víctimas que fueron decapitados en los pueblos de Al Ameriya y Al Sujna, próximos a Palmira.

En las filas del régimen sirio, al menos 241 soldados y milicianos progubernamentales perdieron la vida en la batalla contra los extremistas.

El EI, por su parte, sufrió al menos 150 bajas durante los combates que estallaron el pasado 13 de mayo.

Los yihadistas tomaron ayer el control total de la localidad monumental de Palmira, cuyas ruinas están incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Tras esta conquista, el EI domina más de la mitad de la superficie de Siria, es decir unos 95 mil kilómetros cuadrados, y está presente en nueve provincias.

La organización radical suní proclamó a finales de junio de 2014 un califato en Irak y Siria.

jlc

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