Washington.— El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio ayer un paso decisivo para tratar de desactivar los polvorines de la insurrección social en los barrios más pobres y deprimidos de Estados Unidos, al anunciar la “desmilitarización” de la policía.

En una visita a Camden, en Nueva Jersey, Obama prohibió el suministro federal de algunos equipos militares a la policía, como unidades blindadas, granadas, bayonetas y armamento de grueso calibre, así como la implementación de nuevas reglas para interactuar con la comunidad, como la incorporación de videocámaras a los uniformes policiales y una estrategia para rescatar comunidades de la exclusión social y la violencia.

“Nuestras fuerzas policiales no pueden ser vistas como fuerzas de ocupación. Sino como garantes de la seguridad para la comunidad”, dijo Obama en un discurso, en alusión al exceso de equipo militar que ha hecho de las unidades policiales lo más parecido a unidades de asalto como las que operan en Irak o Afganistán.

Por ello, el gobierno va a vetar la adquisición con fondos federales de “algunos equipos hechos para el campo de batalla que no son apropiados para los cuerpos de policía locales”, dijo el presidente, que reconoció que la parafernalia militar utilizada en ocasiones por los agentes puede “intimidar a los residentes” y “enviar el mensaje equivocado”.

Ciertos vehículos blindados, material antidisturbios y algunas armas y municiones sólo podrán suministrarse bajo unos criterios más estrictos que los actuales y contando con el visto bueno de los alcaldes o municipios, una clara explicación de por qué es necesario y los agentes deberán haber sido entrenados en su uso.

Obama viajó ayer a Camden, localidad que hace poco era considerada una de las zonas cero de la brutalidad policial. La intención del mandatario fue mostrar que el cambio en las relaciones entre la policía y la comunidad siempre es posible cuando ambas partes se ponen de acuerdo.

“Durante las últimas dos décadas, Camden fue considerada como una de las ciudades más violentas en EU”, reconoció ayer la alcaldesa de esa ciudad, Dana Redd, al evocar la profunda reestructuración que emprendió hace más de dos años para eliminar a los malos elementos de la policía, a fin de imprimirle una imagen de mayor profesionalismo y pluralidad racial.

Desde 2012, el índice de homicidios ha caído 40%. “Me gustaría que este logro conseguido en Camden se pudiera replicar en otras partes del país”, dijo Obama al reconocer que, aunque el éxito difícilmente puede considerarse definitivo, esta localidad es un buen ejemplo de lo que se puede hacer.

Avanzar siempre es posible. “Sé que hay muchas comunidades que, al igual que Camden, lo han tenido todo en contra. Que no es fácil dejar atrás décadas de rezago, de marginación y de desencuentros. Pero cuando los líderes de la comunidad y de la policía se ponen de acuerdo, avanzar siempre es posible”, añadió.

Como parte de los elementos clave para modernizar las tácticas de la policía a nivel nacional, el presidente mencionó el manejo de un banco de datos relacionados con la incidencia de la violencia y con los casos más problemáticos para la policía.

Según reconoció Obama, mejorar las técnicas policiales es sólo un aspecto que permitirá desactivar el polvorín sobre el que han vivido estas ciudades con elevados índices de violencia. El otro aspecto es el de la necesidad de mejorar las oportunidades de empleo y desarrollo económico que son la fuente de otro tipo de actividades delictivas.

Como parte de este esfuerzo por erradicar estos guetos de pobreza y violencia, el presidente Obama y su fiscal general, Loretta Lynch, iniciarán sendos recorridos por esas ciudades que hoy son los puntos rojos de la exclusión, la discriminación y la violencia y que son la muestra más palpable del fracaso de políticas instrumentadas en los últimos 40 años y que hoy se encuentran bajo revisión.

“No podemos prestar atención a este asunto sólo cuando hay problemas. Cuando los noticiarios transmiten en directo las escenas de rabia y protesta. Tenemos que prestar atención y trabajar de manera permanente para cambiar las cosas”, sentenció el presidente Obama.

“Soy Barack. ¡De verdad!”. El presidente de EU estrenó ayer una cuenta personal de Twitter (@POTUS), que en menos de cinco horas superó el millón de seguidores, con este mensaje: “¡Hola, Twitter! Soy Barack. ¡De verdad! Después de seis años me dieron finalmente mi propia cuenta”.

Tras anunciarse que Obama tendría una cuenta con el acrónimo de “President of the United States of America” (POTUS), el ex mandatario William Clinton preguntó si la cuenta pasaría a manos del sucesor de Obama en la Casa Blanca cuando correspondiera.

“Pregunto para un amigo”, escribió Clinton aludiendo a su mujer, Hillary, que compite en el Partido Demócrata por el sillón presidencial.

Obama siguió la broma y respondió: “Buena pregunta. El picaporte viene con la casa. Conoces a alguien interesado en @FLOTUS?”. @FLOTUS, “First Lady of the United States”, es la cuenta administrada por Michelle Obama. Si Hillary ingresa en la Casa Blanca, Bill se convertiría en el primer hombre en ocupar el papel que les incumbe por tradición a las primeras damas y debería buscarse un título acorde. Con información de agencias

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