Por Agencias

Washington.— La Casa Blanca informó ayer que el presidente Barack Obama ha decidido sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, un paso clave en el intento del mandatario para normalizar las relaciones entre los dos países.

“Después de una cuidadosa revisión de la trayectoria de Cuba, así como garantías ofrecidas por el gobierno cubano, la Secretaría de Estado concluyó que Cuba cumple las condiciones para la rescisión de su designación como un Estado patrocinador del terrorismo”, dijo la Casa Blanca en un comunicado. El Congreso tiene ahora 45 días para considerar la decisión de Obama antes de que entre en vigencia, aunque es poco probable que los legisladores bloqueen la salida de la isla de la lista.

“El gobierno de Cuba reconoce la justa decisión tomada por el presidente de los Estados Unidos de eliminar a Cuba de una lista en la que nunca debió ser incluida”, señaló por la tarde en un comunicado la jefa negociadora de la isla en las conversaciones con EU, Josefina Vidal. “Nuestro país ha sido víctima de centenares de actos terroristas, que han costado la vida a 3 mil 478 personas y han incapacitado a 2 mil 099 ciudadanos cubanos”, agregó.

Salir de esa lista era una de las exigencias más reiteradas por el gobierno de La Habana en las actuales negociaciones diplomáticas para restablecer las relaciones diplomáticas bilaterales.

“El presidente envió hoy (martes) al Congreso el informe requerido por ley y los documentos que muestran la intención de la administración de rescindir la designación de Cuba como país patrocinador del terrorismo”, señaló la oficina de prensa de la Casa Blanca.

Cuba formaba parte de la lista desde 1982; en la misma figuran actualmente Irán, Sudán y Siria.

Obama tomó la decisión después de que el Departamento de Estado analizó la presencia de la isla en la lista. Los documentos enviados al Congreso muestran que “el gobierno de Cuba no ha brindado ningún apoyo al terrorismo internacional en el último periodo de seis meses”, así como que ha asegurado que “no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro”, según el comunicado de la Casa Blanca.

Una funcionaria del Departamento de Estado describió a las garantías cubanas como “muy amplias y de muy alto nivel” pero no aportó detalles.

El anuncio tiene lugar pocos días después de que Obama celebrara una histórica reunión con su homólogo cubano, Raúl Castro, en el marco de la Cumbre de las Américas de Panamá, en el primer encuentro a ese nivel entre ambos países en más de 50 años.

Washington y La Habana anunciaron el pasado 17 de diciembre un acuerdo para retomar las relaciones diplomáticas rotas en 1961. Ambos países negocian desde finales de enero la prevista reapertura de embajadas.

“Continuaremos teniendo diferencias con el gobierno de Cuba, pero nuestras preocupaciones sobre un amplio rango de políticas y acciones de Cuba caen fuera del criterio de si es relevante rescindir la designación de Cuba como un Estado que patrocina el terrorismo”, dijo la Casa Blanca.

Un mensaje peligroso. Las razones de Estados Unidos para mantener a Cuba durante todos estos años en la lista apuntaban a su presunto refugio a miembros del grupo separatista vasco ETA y de la guerrilla colombiana de las FARC; además de acoger a fugitivos de la justicia estadounidense, según los Reportes sobre Terrorismo que Washington publicó en abril de 2014.

El anuncio generó críticas inmediatas de parte congresistas de ancestros cubanos tales como el senador y precandidato presidencial republicano Marco Rubio, quien dijo que la decisión como “va a mandar un mensaje muy peligroso a los enemigos y a los terroristas”.

“Desde la llegada del presidente Obama al poder, la política de su administración hacia el régimen de los Castro ha sido: si usted pide, recibirá”, expresó a su vez, en un comunicado, la congresista republicana por Florida Ileana Ros-Lehtinen, defensora de la mano dura contra Cuba. Pese a este anuncio, el embargo de más de medio siglo sobre La Habana permanecerá ya que sólo el Congreso, controlado por los republicanos, puede poner fin a la medida.

“Se hizo justicia”. En Cuba, en tanto, la noticia generó alegría. “Hemos sufrido muchísimo, es una alegría, pero nunca debió haber sucedido, nunca Cuba debió estar en esa lista”, dijo a The Associated Press Iraida Malberti, de 78 años, viuda de Carlos Alberto Cremata Trujillo, un tripulante del avión de Cubana de Aviación que fue destruido por anticastristas en pleno vuelo el 6 de octubre de 1976 en Barbados y en el que fallecieron las 73 personas que iban a bordo. “Se está haciendo justicia”, expresó.

En Florida, en cambio, los sectores más radicales del exilio criticaron la decisión de Obama y advirtieron que pudiera alentar la represión dentro de la isla. “Es una decisión divorciada de la realidad porque el régimen castrista sigue apoyando movimientos y gobiernos extremistas alrededor del mundo”, manifestó Orlando Gutiérrez Boronat. “Esta decisión el régimen cubano la va a interpretar como una luz verde para seguir reprimiendo dentro de Cuba, añadió.

Los políticos de la región se mostraron optimistas con la decisión de Obama. El presidente panameño Juan Carlos Varela en su cuenta de Twitter: “Felicitaciones a los gobiernos de EU y Cuba por el importante paso que tomaron hoy en el camino de construir una América unida”.

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