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A Juan Manuel Hernández le dicen El hombre tortilla y otros lo llaman El rey de la tortilla.

Hay motivos de sobra para que se le identifique así. La empresa que formó hace años, actualmente tiene más de 50 tortillerías en varios municipios del Estado de México y va por más.

Nació hace 44 años, casi, literalmente, entre los granos de maíz, agua y cal con los que se prepara el alimento prehispánico. Su madre fue una de las primeras molineras de Nezahualcóyotl y de ella aprendió la actividad. Se inspiró en esa mujer oaxaqueña, la que le dio la vida para así llamar a su empresa: La Campesina, porque nació y creció en el campo.

Luego de que se casó, puso en operación su primera tortillería y tuvo que “remendar” la maquinaria para que funcionara, pues no tenía suficiente dinero para adquirir una nueva.

En dos palabras, encontró la fórmula para tener éxito: barato y calidad. En sus establecimientos sólo utiliza maíz de Sinaloa, del Bajío y de Oaxaca, el mejor del mercado nacional. El maíz transgénico no lo emplea porque dice que es nocivo para la salud.

Como todas sus tortillerías las instaló en municipios conurbados a la Ciudad de México, como Nezahualcóyotl, Ecatepec, Los Reyes La Paz, Chimalhuacán y Valle de Chalco, entre otros, así como en algunas comunidades de la capital del país, donde viven miles de familias de escasos recursos.

Antes del incremento del precio de las gasolinas, que entró en vigor el 1 de enero, en sus establecimientos vendía el kilogramo de tortilla en 6 pesos, lo que molestaba a los propietarios de los otros negocios cercanos a los suyos.

“Hay una organización de tortilleros que nos está presionado a que subamos el precio, siendo que el precio de la tortilla está liberado, pero nos presionan a que la subamos para que no haya competencia desleal. Yo siento que es competencia leal, pero ellos quieren darle más caro a la gente y afectar la economía del pueblo”, dijo.

Los miembros de la agrupación querían que Juan Manuel incrementara el kilo del alimento elaborado de maíz a más de 14 pesos para que ellos también lo pudieran comercializar en ese precio.

“El kilo lo tenemos en 10 pesos todavía apoyando la economía porque oscila entre los 14 y 15 pesos ya. Ellos querían que lo subiéramos de 6 a 14 pesos el kilo, es demasiado, lo subimos 4 pesos y aún así se me hace mucho. Ellos lo subieron a 14, 15 pesos y no venden porque es caro y se quejan de uno que sí está vendiendo”, comentó.

Precio y calidad. Para compensar a todos sus clientes y que no resientan el aumento de 6 a 10 pesos el precio del kilo, hace promociones constantes. Por ejemplo, este 16 de febrero bajó el precio del kilo de 10 a 4.99 pesos.

También, sorprende a sus consumidores habituales al ofrecer dos kilos por el precio de uno durante algún día de la semana, por lo que sus ventas diarias se mantienen elevadas.

Todos los días, El Rey de la Tortilla comercializa casi 50 mil kilogramos del alimento en todos sus locales.

“En lo general una tortillería ahorita vende no más de 200 kilos dando caro, nosotros vendemos de 800 a mil kilos diarios porque damos barato”, reveló.

Según la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillas (Unimtac), el promedio por consumo de tortilla anual en México es de entre 80 a 85 kilogramos por persona, pero en las colonias donde operan los establecimientos de Juan Manuel Hernández, las cifras son superiores.

La expansión internacional. Sus ojos se fijaron en otras latitudes fuera del territorio mexiquense y abrirá varias sucursales en Cuba y Costa Rica, en donde piensa producir el alimento mexicano porque asegura que hay una demanda potencial por consumirlo.

Antes de emprender la aventura latinoamericana, Juan Manuel abrirá en unos días más su primer negocio en el municipio veracruzano de Huatusco.

Su planes de expansión también incluyen a Oaxaca, el estado natal de su madre, La Campesina.

En aquella entidad, de donde proviene parte del maíz que utiliza para preparar las tortillas, piensa instalar varios establecimientos, sobre todo, en las comunidades más pobres para vender el producto a precios menores.

Pero no sólo explorará el mercado latinoamericano, sus planes incluyen instalar tortillerías en Europa para que otras culturas también conozcan el producto elaborado con maíz. En el proyecto de exportación alimentaria también participa el artista Julián David López Trejo, El pintor de los sueños, quien busca, a través de su propuesta pictórica, dar a conocer a todo el mundo algunos aspectos de la tortilla como el alimento tradicional de los mexicanos.

Julián David, quien recibió en 2010 el Reconocimiento Internacional de Bellas Artes Amelia Peláez, en Cuba, así como el de Artista Revelación 2011, que otorga el Ministerio de Educación y Cultura de Costa Rica, combina las tortillas y la pintura.

El pintor mexiquense realizó la obra de La Campesina, que identifica a la tortilla mexicana, y el cuadro original está expuesto permanentemente en el museo Casa de Las Américas, en Cuba.

En los lugares a donde han acudido han exhibido cuadros que ha pintado Julián David, combinados con fotografías de Juan Manuel, sobre el proceso de producción de la tortilla para que se conozca el alimento prehispánico base de la alimentación mexicana.

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