Aún perduran unas 400 esculturas religiosas elaboradas durante la época novohispana con la técnica de la caña de maíz, empleada sobre todo para imágenes de gran tamaño utilizadas en procesiones, que tenían que ser ligeras.

Belem Medina Ramírez, restauradora del Museo Nacional del Virreinato (Munavi), afirmó que existen referencia sobe el uso del maíz en la época prehispánica, aunque la caña de la planta se empezó a utilizar  para esculturas religiosas hasta la época novohispana.

“Muchas veces se ha reportado que la técnica de caña es una técnica prehispánica, pero en realidad lo que se tiene reportado es el uso de granos de maíz, el uso de semillas comestibles como el amaranto, que se aplicaban en una base de masa y después era como una especie de ritual, en el que el indígena devora al Dios y es como parte de él. Por eso fue tanto así como ese sincretismo con la ostia y con todo el sacrificio de Cristo, es una especie de sincretismo, precisamente”, afirma.

La restauradora menciona que la técnica ligera sí existía en Europa, denominada papelón, en la que utilizaban papel grueso o cartón para elaborar esculturas procesionales, lo que eliminaba el peso y facilitaba el traslado de las imágenes religiosas.

Añade que en la Nueva España esta técnica se mezcla con el uso de la caña del maíz, con lo que dan volumen a las esculturas ligeras.

“El maíz es como una planta por excelencia mexicana e indígena porque es parte de la dieta prehispánica, por eso se da todo este conjunto”, explica.

Afirma: “Principalmente hemos encontrado, y está en la bibliografía y en los libros de la historia del arte, Cristos de caña, en menor medida imágenes marianas como las que tenemos en la sala de exhibición (del Munavi)”.

Expresa que el Munavi alberga una imagen de caña de maíz de Santiago Matamoros y otra está en la iglesia de la Natividad, en Santa María Chiconautla, Ecatepec, ambas muy similares.

Reitera que al parecer se conservan unas 400 imágenes elaboradas con caña de maíz, sobre todo Cristos de tamaño natural, la mayoría en México pero algunas están en Europa, pero fueron hechas aquí, ya que uno de los aportes de la técnica es que son ligeros y se utilizan para paseos procesionales.

“Hay una tesis del doctor Pablo Amador Madero donde hace un análisis de la técnica de caña y él reporta Cristos en Europa que fueron elaborados aquí pero trasladados para allá”, detalla.

Asegura: “Es muy interesante. Sobre todo, cuando uno va a un museo y ve una pieza de ese tamaño, que es monumental, se impresiona por el tamaño, sin embargo la propuesta que tenemos nosotros es además de ver su tamaño y las decoraciones y de ver la iconografía, es que entiendan de qué manera está construida”.

La especialista concluye: “Pensamos que es una manera en que la gente va a valorar más y en este caso, como es un técnica que es mexicana, meramente mexicana, creemos que tiene mucho valor. Entonces sí queremos que vengan a conocerla”.

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