Metepec tendrá un Cristo moderno

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Metepec, Méx.— Adrián Pérez Gutiérrez, será un Cristo moderno y joven, aunque también multifacético, ya que con sólo 22 años, casado, padre de familia, electricista de profesión y músico por convicción, fue el elegido para que el próximo viernes sea llevado al Cadalso y ajusticiado al antiguo estilo romano, justo al pie del cerro de los Magueyes, donde a las tres de la tarde será “crucificado”.

Pérez Gutiérrez es el protagonista de la 48 Representación Anual de la Pasión de Cristo que se ha convertido en una tradición aquí como parte de las festividades de Semana Santa.

Para esta edición estarán participando alrededor de 300 personas, entre centuriones, romanos, apóstoles, verdugos, vírgenes y judíos que volverán a revivir el milenario pasaje bíblico en un recorrido, la tarde del viernes, de aproximadamente dos kilómetros, el cual iniciará en el centro de este Pueblo Mágico y culminará en el Santuario del Calvario, ubicado en la cima del Cerro de los Magueyes, donde tendrá lugar la crucifixión de Adrián Pérez.

A tres días de ser llevado ante Anás, Caifas y Pilatos en sus versiones locales, el Jesús metepequense se encuentra nervioso, pero listo.

Con una barba más bien rala y algo pequeña, pantalones de mezclilla, tenis una piel blanca —que contrasta con la mayoría de sus compañeros quemados por el sol—, fortalecido por el gimnasio y las carreras matutinas en el Calvario, a Adrián se le ve y escucha tranquilo.

Sin embargo para Adrián revivir el calvario de Cristo es una tema personal que le viene desde la infancia, cuando sus padres, hace 18 año lo llevaron por primera vez al grupo religioso que organiza las escenificaciones desde hace ya casi medio siglo. Desde entonces ha tomado parte del evento anual en diversos papeles.

Hoy están realizando los últimos ensayos. Algunos de sus compañeros afinan los distintos cuadros que serán montados en el recorrido.

Adrián, el padre de familia de una niña de tres años y baterista de un grupo de música versátil, ya tiene lista su cruz de 95 kilos que le regalaron dos de sus compañeros.