Los fieles que esperaban al Papa Francisco en la lateral de Río Churubusco y Fray Servando lograron apostarse a lo largo del arroyo vehicular tras permanecer por varias horas en las banquetas.

Los policías capitalinos que se encontraban de guardia abrieron sus vallas para permitir el paso de los feligreses que estaban contenidos atrás de una cinta amarilla con el letrero de peligro que se extendía por toda la avenida.

Esto ocurre minutos después de que el avión en el que viajaba el Pontífice aterrizó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

ahd

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