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Discretos entran y salen de los vagones del Metro, en la Línea 2, para vender sus productos. Los ambulantes esconden la mercancía entre su ropa o en bolsas para evitar ser descubiertos por los policías que van tras ellos.

A pesar de que más de 655 vendedores ambulantes han sido arrestados por comercializar artículos en las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro —550 en el DF y 105 en el Estado de México— durante un operativo, hombres y mujeres siguen ofreciendo sus productos.

Luego de hacer un recorrido por la Línea 2 del Metro, que va de Tasqueña a Cuatro Caminos, EL UNIVERSAL pudo constatar la presencia de los comerciantes ambulantes.

El Metro se detiene en la estación Hidalgo, dirección Tasqueña, y abandona el vagón un hombre con discapacidad visual, lleva colgada a la espalda una bocina oculta en una mochila negra, en la mano trae un vaso de plástico con algunas monedas y en la otra sujeta la mano de una mujer también con deficiencias visuales.

Avanza el tren y en la siguiente estación sube un hombre. Al estar lleno el vagón, desde la entrada ofrece unos libros pequeños con las biografías de personajes históricos. Antes de llegar a la siguiente estación dobla los libros y los guarda en el mismo lugar de donde los sacó —entre su cadera y su pantalón de mezclilla— y los tapa con su playera negra. Nadie le compró y se va al siguiente vagón. Es la misma dinámica de siempre, sale uno y entra otro: crayolas, chicles y objetos diversos a cinco y 10 pesos. Esta vez nadie compra, pero la vendimia sigue.

Mil 500 uniformados fueron desplegados en el STC para retirar y contener la entrada de los llamados vagoneros con el fin de garantizar la movilidad de los usuarios. A la vez, invitan a los usuarios a no comprar a los vendedores informales para evitar que sigan con esta práctica.

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