Un fuerte crujido en la loza precedió el derrumbe del techo en la casa de una vecindad marcada con el número 46 de la calle de Allende, casi esquina con República de Perú en el Centro Histórico de la ciudad de México, sin que registraran víctimas fatales.

Ayer EL UNIVERSAL dio a conocer que en la delegación Cuauhtémoc existen 800 edificios de alto riesgo y 100 de muy alto riesgo, que en cualquier momento podría colapsarse.

El siniestro ocurrió minutos antes de las 07:30 horas y sólo dos personas resultaron con lesiones leves que no requirieron de hospitalización. Si acaso se dio atención especial a una mujer con ocho meses de embarazo.

Los seis integrantes de la familia que ahí vivían se salvaron porque despertaron más tarde de lo acostumbrado y en ese momento no había nadie en el comedor, donde se vino abajo la estructura. Alejandra Téllez, propietaria del inmueble que data del siglo XIX, dijo que acaba de pasar por la cocina de la casa que en cuestión de segundos quedó reducida a escombros.

Bomberos de diversos destacamentos se presentaron al lugar para remover los escombros en búsqueda de alguna víctima. Durante más de cinco horas realizaron diversas maniobras sin que encontraran a alguna persona bajo los escombros.

De acuerdo con personal de protección civil y de los bomberos, la caída del techo se debió a un reblandecimiento de la loza debido a las últimas lluvias que cayeron en la capital del país, aunado a un grave deterioro estructural del inmueble y a que nunca se le brindó mantenimiento.

Alerta. Alejandra Téllez comentó que hace un mes acudió al edificio personal de Protección Civil, para advertirles del riesgo que corrían el seguir viviendo en ese lugar.

Dice que le ofrecieron ayuda para mejorar la fachada, pero sólo quedó en una promesa porque no regresaron más para hacer lo acordado.

En ese momento, dijo, sabían del riesgo que corrían pero decidieron mantenerse en la vieja vecindad, debido a que no tenían a donde irse a vivir junto con sus hijos.

La situación cambió ayer para Alejandra Téllez, que ahora está obligada a salirse de su casa, la misma que hace 13 años invadió junto con otro grupo de comerciantes informales, que nunca se preocuparon por el mantenimiento del inmueble.

Evacuación. Tras el derrumbe del edificio de dos niveles, la Secretaría de Protección Civil realizó una revisión técnica a los 11 departamentos y siete locales comerciales que se encontraban en la vecindad y que era utilizados; en primera instancia, decretaron que no eran habitables, pues estaba el riesgo latente de un nuevo colapso. Por tal motivo fueron evacuadas las 12 familias que ahí se encontraban.

En la primera inspección encontraron que el edificio presenta modificaciones a la construcción original, pues se colocaron losas de concreto armado de vigueta y bovedilla, además de que en varios cuartos los techos se encuentran apuntalados con vigas.

El edificio, dijeron, se encuentra muy sensible y con altas posibilidades de un nuevo derrumbe.

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