Madrid.— El Metro de Madrid es la segunda red de Metro de la Unión Europea (UE) más larga, después de la de Londres (Gran Bretaña), y la octava del mundo.

En caso de accidentes tiene varios protocolos de seguridad: los torniquetes de entrada se ponen en modo “Antipánico”, se colocan en modo emergencias los portones en todos los vestíbulos, se encienden las luces de los túneles y las escaleras mecánicas en sentido de la salida de la estación, y los ascensores se dejan fuera de servicio. Además se comunica a los locales comerciales y otras dependencias del Metro la situación de alarma y se evacua la estación.

El protocolo de seguridad también establece que en el momento en que se produce un accidente de trenes se corta el servicio en esa línea hasta verificar lo ocurrido y se ponen en marcha las “lanzaderas”, que son autobuses que unen las estaciones en las que no hay servicio.

En cuanto a la circulación de los trenes, el Metro de Madrid dispone de un sistema de señalización que supervisa, entre otros casos, una aproximación indebida por otro tren. Además, las líneas de Metro están dotadas de señalización semafórica, controlada a través de los enclavamientos con tecnología fail-safe (seguridad ante el fallo).

Por otra parte, todas las líneas del Metro de Madrid disponen de un sistema de seguridad ATP (Automatic Train Protection) que supervisa que la circulación se realice de un modo seguro.

La supervisión y control de la circulación se realiza desde el Centro de Control mediante un sistema que de forma permanente supervisa la situación de los trenes y demás elementos de señalización.

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