Su campaña política no duró 45 días, sino 27 años, desde que terminó su carrera como abogada dedicó su vida a Iztapalapa. Sus primeros objetivos: regular predios y llevar cableado telefónico a la Sierra de Santa Catarina. Desde los años 90, Dione Anguiano ha trabajado mucho para gobernar la delegación más grande del Distrito Federal.

Dione Anguiano se encuentra sentada en una mesa del restaurante Toks ubicado en la avenida Ermita Iztapalapa, acalorada pide un vaso de limonada, y enseguida comienza a recordar cómo empezó su carrera política.

“Era el inicio de los 90 y mucha gente no nos quería porque entendían que ser de izquierda era una cosa mala, ser comunista. Entonces cuando ven que empiezo a atender a la gente, a gestionar los servicios y la tenencia de la tierra, la gente comienza a confiar en mí”, relata Dione Anguiano.

Su primera lucha ganada fue la regularización de predios en el fraccionamiento popular Álvaro Obregón. Durante cuatro años amplió su zona de combate hasta la colonia Ejército de Oriente, cuando operó un módulo de atención ciudadana. Durante tres años se preparó para ser diputada del Distrito 25, el cual ganó; su primer actividad como legisladora local fue la clausura simbólica de las instalaciones de Teléfonos de México (Telmex).

“Ibas a la Sierra de Santa Catarina y te quedabas incomunicada, no había red telefónica. El primer compromiso que hice con ellos era gestionar que nos colocaran el cableado. Cuando llegamos a Teléfonos de México tomamos las instalaciones, cerramos las puertas y a partir de ahí establecemos una mesa de diálogo, la instalación de redes fue rápida”, afirmó.

Con una sonrisa Dione Anguiano toma un sorbo de su limonada, mientras recuerda cómo dio el salto al Gobierno del Distrito Federal.

“Me recibió Andrés Manuel y me dijo que podía ser la Directora del Instituto del Deporte. En el puesto logramos recuperar muchos espacios, generamos programas públicos de activación física como la carrera de la Mujer”.

En 2007 Dione Anguiano ingresó a la Secretaría de Educación del Distrito Federal (Sedu), cuyo objetivo es trabajar con los jóvenes de secundaria, “ahí es toda una lucha y todo un quehacer por atender el tema de la sexualidad”. Posteriormente es nombrada Procuradora Social del Distrito Federal, lugar en donde retoma el tema de la regularización de viviendas en unidades habitacionales de la capital.

No obstante Dione Anguiano dividió su labor, cinco días los dedicaba al gobierno de la ciudad y dos días a Iztapalapa, los fines de semana realizaba trabajo territorial en esa delegación.

Incluso todo ese tiempo Anguiano Flores apoyó a jóvenes estudiantes, a los que actualmente llama “ahijados”

“Llegaban jóvenes y me decían: quiero estudiar pero no tengo dinero”. Entonces el compromiso que yo hacía era que me llevaran su boleta de calificaciones de cada mes y yo costeaba sus estudios. He de tener más de 100 ahijados. Por eso te hablo de 27 años de trabajo a lo largo de toda esta vida”.

Vida política

Dione Anguiano se olvidó de la limonada, ya han pasado treinta minutos de entrevista y no ha vuelto a tocar el vaso. Sin embargo no se olvida de saludar a la gente, algunos comensales la reconocen y levantan la mano para decirle “hola” o “adiós”, Dione responde con una sonrisa. La candidata afirma que por su trabajo político ha tenido que alejarse de sus hijos para protegerlos de cualquier ataque a su vida privada.

Comentó que sus hijos decidieron mudarse a otra delegación, mientras que ella y su esposo, Alfredo Hernández, quien también fue procurador social, siguen viviendo en Iztapalapa.

En ese sentido la candidata del PRD recuerda que en diversas ocasiones ha sido objeto de señalamientos que la ligan al crimen organizado.

“Todos aquellos que han blasfemado no han podido probar nada, yo te puedo decir que yo no trabajo con grupos, ni siquiera corporativos. Lo más satisfactorio para mí es que soy una mujer limpia, honesta que puede ver a cualquiera a la cara. Nadie puede decir que ha sido timado por mí”.

¿Dentro del PRD ha recibido acusaciones?

—Hicieron todo lo posible para que no fuera candidata del PRD. Fueron anónimamente dentro del PRD y fue cobardía porque repartieron volantes, hicieron notas periodísticas, pero hasta ahorita no ha habido pruebas.

A pesar de todo ¿sigue firme en el partido?

—Sí, porque creo que en el PRD sigue habiendo estructuras, nos quedamos los que seguimos haciendo trabajo territorial. Hay gente que salió del PRD porque no le tocó espacio y me parece que eso es incorrecto. Yo estuve en la misma posición, sin embargo nos hemos quedado.

¿Morena ganará espacios al PRD?

—Al menos en Iztapalapa no. La gente me identifica, me saluda. Yo tengo una gran experiencia en saber cuándo se va a ganar y cuando no; hoy siento que vamos a ganar, obviamente no hay que confiarnos, por eso hay que trabajar. Y yo lo he hecho durante 27 años, fue un proceso largo y yo tengo un proceso histórico en Iztapalapa.

Mientras habla es imposible no observar sus manos, en cuyos dedos delgados luce cinco anillos grandes, algunos con piedras de colores.

Sus anillos denotan que es una mujer de carácter fuerte.

—Yo cuando digo las cosas es cuando las siento, a veces digo cosas incómodas, y a veces cosas que no debería decir, que no son políticamente correctas. Soy al inverso, me es más fácil reclamarle a un superior que ponerme con una persona con menos posibilidades. Mi mayor fortaleza es mi tenacidad y mi mayor debilidad es que soy arrancada.

¿Eso le ha generado problemas?

—No, la gente me lo ha comentado, me ve sincera, no es que yo lo diga, lo dice la gente. Es más, la gente me defiende porque digo las cosas de manera transparente.

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