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La liberación de más de 10 mil reos tras la puesta en marcha del nuevo sistema de justicia sí representa un riesgo para los capitalinos, debido a que se trata de delincuentes menores que saben perfectamente de los procesos para obtener su libertad rápidamente y volver a delinquir, consideraron especialistas, quienes también adviertieron que una gran parte de la responsabilidad es de las autoridades capitalinas por la falta de un eficiente sistema de reinserción social y seguimiento de los presos.

“La información que dieron a conocer es precisa. Si hacemos un recuento, sólo en lo que va de este año nos daremos cuenta que de los detenidos infraganti, apenas 1% en verdad sigue un proceso penal y por otras causas, ya sea por amenazas o por la portación de un arma de fuego, no por el hecho en sí de robar una casa, a un peatón o un restaurante, por ejemplo”, comentó Gabriel Reyes, criminalista de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Esto, luego de que EL UNIVERSAL diera a conocer que desde hace tres años la población penitenciaria disminuyó hasta 26% con la entrada del nuevo sistema de justicia.

Perfil de los excarcelados. Gabriel Reyes refiere que recientes estudios revelan que todos aquellos delincuentes que han salido de prisión son los que roban en el Metro, autopartes, casa-habitación, a mano armada en restaurantes o a los peatones y que son capturados por la presión social al viralizarse el incidente en alguna red social o incluso infraganti, son ellos los que reciben este beneficio.

Menciona que varios de ellos al momento de ser detenidos ni si quiera llegan a prisión al reparar el daño; es decir, en cuanto devuelven lo robado, de acuerdo con la nueva reforma penal, no hay delito que perseguir. Esto convertiría las calles de la Ciudad en un polvorín, opina.

Marisela Rodríguez, del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), asegura que el castigo de estar en una prisión en este país no intimida al delincuente menor, por lo que propone que en estos casos el imputado pueda ser sometido a trabajos en beneficio de la ciudadanía.

“Los estudios revelan que, por ejemplo, una persona que mató a otra y cumple su condena difícilmente vuelve a recaer, los mismo con un secuestrador e incluso un traficante, son castigos ejemplares.

“Por el contrario, todo aquel que pasa de seis meses a un año en prisión, repite y repite el delito, el estar encerrado no es castigo para ellos”, dice.

Proteger a los capitalinos. En tanto, el presidente de la Comisión de Seguridad Pública en la Asamblea Legislativa, José Gonzalo Espina Miranda, aseguró que sería mejor tener una sobrepoblación en los reclusorios de la Ciudad que tener a delincuentes o seudodelincuentes en las calles.

El asambleísta del PAN argumentó que en donde se debe poner énfasis es en la protección de los capitalinos que, de manera decente y honrada, salen a trabajar diariamente.

“El problema de la reclusión aun cuando se veía sobrepasada se arregla más fácil haciendo cárceles; afectar a los ciudadanos y volver a poner en circulación a personas que de manera probable no están reinsertadas socialmente es algo grave”, advirtió el legis-lador local del blanquiazul.

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