Clínica de Periodismo

Don Enrique Sánchez, a sus 82 años, toma clases de matemáticas, geografía, español e inglés en el Centro Social José López Portillo, en la delegación Iztapalapa, con el objetivo de concluir sus estudios de secundaria.

Viudo desde hace cuatro años, es uno de los alumnos que forma parte de Maestro en tu Casa, programa de la Secretaría de Educación de la Ciudad de México (Sedu), para combatir el analfabetismo y disminuir el rezago educativo.

“Yo entré a estudiar porque me llamó la atención la escuela. Me puse a pensar en qué podía ocupar mi tiempo; prendía la televisión y después de un rato ya estaba bien dormido, por eso decidí inscribirme. En el centro social conocí a un maestro que se llamaba David, le llevé mis papeles y le dije que me apuntara en la escuela”, expresa.

En su infancia, don Enrique no pudo asistir a la escuela debido a su difícil situación económica. El oriundo del estado de Puebla aspiraba a estudiar, pero al ser el hermano mayor de una familia numerosa tuvo que ayudar a sus padres para sostener a su familia.

Pese a las carencias y las situaciones adversas que vivió, el deseo de aprender nunca lo perdió por ello a los 82 años sigue estudiando.

“Me siento alegre y motivado al venir a la escuela. Con lo que me enseñan aquí estoy contento; los maestros me indicaron cómo hacer un párrafo, poner acentos, utilizar correctamente la ortografía; me enseñaron a hacer una carta, recados, escritos”, enlista.

En 2015 don Enrique cursó la primaria y en un año concluyó su preparación para obtener su certificado escolar de educación básica. El resultado de su esfuerzo fue 8.9 de promedio. Con el apoyo de los maestros, él y otros alumnos que rebasan los 60 años se preparan en el aula en un horario de 10 de la mañana al mediodía de lunes a viernes; atienden temas de matemáticas, geografía, español y hasta inglés.

“La materia que más me gusta son las matemáticas; ya sabía dividir, pero lo que se me complicaba era ordenar los números. Ahorita también estoy aprendiendo inglés, es complicado y trabajoso descifrar las palabras, pero sí se puede, con ganas se puede”, enfatiza con un movimiento de manos.

El alumno Sánchez comenta que sus hijos se sienten alegres y orgullosos de ver a su papá en las aulas de clases. “Todos me preguntan ¿por qué estás estudiando? Y yo les contesto ‘por gusto’”, expresa el octogenario.

Este año presentó un primer bloque de exámenes para acreditar la secundaria y obtuvo 9.5 de promedio. Tanto para el señor Enrique como para su maestra, la profesora Alma Delia Reyes, es un logro muy importante el hecho de que acredite las pruebas y mantenga vivas las ganas de seguir adelante. Entre risas muestra orgulloso su libreta de apuntes donde presume tener 30 dieces y ninguna mala calificación, asegura que no le gustan, solamente un nueve aparece entre las hojas del cuaderno tamaño profesional.

Ganas de vivir. Apuntes acerca de las enfermedades de transmisión sexual, el punto decimal y divisiones de tres cifras están escritas con el puño y letra de un hombre que tiene hambre de aprender y de vivir.

“Cuando estoy anotando un tema, primero tengo que descifrarlo bien, después lo hago y al final le pregunto a la maestra si lo estoy haciendo bien, si no lo realizo correctamente le digo a la profesora que me guíe, pregunto si no le entiendo”, señala.

Elizabeth Welsh Mercado, asesora pedagógica de la Subdirección de Servicios Educativos, comenta que el programa Maestro en tu Casa está encaminado a disminuir el rezago educativo y reinsertar en la sociedad a este nicho de personas. No utilizan libros de texto como los niños que acuden a su jornada normal de clases. Aquí lo que se hace es detectar las necesidades de los alumnos y trabajar de acuerdo con un programa de educación por competencias. Para poder obtener un certificado de estudios, el alumno debe acreditar un examen de conocimientos con un promedio mínimo de ocho.

Alrededor de 700 profesores atienden a los estudiantes de edad avanzada en los diferentes centros sociales ubicados en las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Xochimilco y Tlalpan, entre otras. El programa que implementa la Secretaría de Educación de la Ciudad de México, encabezada por Mauricio Rodríguez Alonso, tiene como ejes principales la interculturalidad, la aplicación tecnológica y la inclusión.

De acuerdo con la dependencia, existen 3 millones 476 mil 158 personas en condición de rezago educativo; la Ciudad de México ocupó la séptima posición entre las entidades con mayor número de población que presenta esta situación. Las mujeres representan el 71.2%, mientras que los hombres figuran en 28.8%.

Nueve de cada 100 adultos de 70 años se encuentran sin concluir algún nivel de educación básica, mientras que a partir de los 75 años de edad el analfabetismo afectó a por lo menos uno de cada 10 adultos mayores.

Don Enrique ya se fijó otras metas: concluir la preparatoria y su deseo es continuar sus estudios en la Universidad de la Tercera Edad en la carrera de Derecho.

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