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En una ceremonia efectuada en el Instituto Técnico de Formación Policial (ITFP) mandos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) local dieron la bienvenida a 940 uniformados —312 mujeres y 628 hombres— que a partir de hoy vigilarán la ciudad.

Tras felicitar a los cadetes graduados el titular de la SSP, Hiram Almeida, les pidió aplicar la ley siendo honestos consigo mismos y advirtió que “aquel que se corrompa tendrá consecuencias de ello”. Gracias al buen actuar policial, dijo, durante 2016 se logró disminuir la incidencia delictiva 11.7%, lo que representa que se cometieron 3 mil 626 delitos menos que el año anterior.

Entre los nuevos agentes se encuentra César Nava Figueroa, adscrito al Sector 73 de la Policía Auxiliar, quien fue reconocido durante la ceremonia “por haber obtenido el primer lugar de aprovechamiento, con un promedio final de 9.62 en el Curso Básico de Formación Policial, Generación 18, realizado en la Policía Auxiliar con una duración de 440 horas”.

El uniformado de 36 años de edad fue capacitado durante seis meses, dos en la academia y cuatro en trabajo de campo.

“Tuve que cumplir con bastantes exámenes, entre médico, biométrico, sicológico, peso, talla, estatura. En educación no piden bastante, únicamente con secundaria pero ya en el instituto nos van exigiendo tener más”, comentó.

Al haber un área donde los oficiales pueden concretar sus estudios de bachillerato, César buscará prepararse académicamente. “De hecho ya estoy viendo lo que necesito para hacer una licenciatura en Derecho y ejercer bien mis funciones. Si se presenta la oportunidad estudiaré aquí mismo, si no en la UNAM, o el Poli, el chiste es hacerlo”.

El policía, oriundo de Milpa Alta, decidió a sumarse a las filas de la SSP por influencia de su tío, quien fue policía preventivo, actualmente retirado. “Él me platicaba y me decía muchas cosas que me hicieron querer ser policía”.

Perseguir delincuentes le llamó la atención, pero las funciones que realizará, por ahora, será vigilar el Tren Ligero. “Espero que en un futuro me manden a la calle, que es donde está la acción, en la calle se aprende más”, mencionó.

Reconoce que le da miedo los riesgos que conlleva ser policía, pero me gusta mi uniforme y pienso representarlo lo mejor que pueda [...] Para mi es un orgullo portar estos colores y espero que me quede mucho tiempo para seguir portándolos.

César siempre quiso estudiar leyes y vio una oportunidad de hacerlo como policía: “El trabajo de policía es muy bonito, lamentablemente no todos estamos muy adentrados a eso y no conocemos bien el sacrificio que hacen los compañeros. Tengo la fortuna de tener parientes que son policías y me ha llamado mucho la atención y afortunadamente me quedé, tratando de dar lo mejor posible”.

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