Una persona de 35 años de edad fue detenido por elementos de la Policía de Investigación, imputado en el asesinato de su propia madre, a quien después de golpear en repetidas ocasiones en la cabeza, la envolvió en una sábana, la metió en una bolsa de color negro y la arrojó en un callejón de la colonia La Candelaria Ticomán, delegación Gustavo A. Madero.


El parricida detalló a las autoridades que la discusión inició porque la mujer, le exigió que dejara de tomar y drogarse cuando el hijo ingresó a su domicilio a pedirle unos pesos para seguir consumiendo enervantes. Ademas, vecinos refirieron que el día de los hechos escucharon gritos y golpes en el domicilio, pero no denunciaron al asegurar que con frecuencia se peleaban en la casa y pensaron que era un incidente cotidiano.


Derivado de los trabajos de inteligencia, gabinete y campo, implementados por la Procuraduría General de Justicia capitalina, se logró esclarecer la muerte de una mujer de 54 años de edad, quien fue hallada sin vida el pasado 11 de septiembre, en la colonia La Candelaria Ticomán, delegación Gustavo A. Madero, luego de que su hijo de 35 años, quien ya fue detenido, la asesinara.


El trabajo de investigación detalló que la noche del 9 de septiembre, alrededor de las 20:00 horas, los escucharon discutir dentro del inmueble donde habitaban, percatándose además de que hubo golpes, pues los oyeron, testigos refirieron que afuera del lugar donde habitaba la agraviada con su hijo, éste último se encontraba ingiriendo bebidas alcohólicas e inhalando solvente.


Posteriormente, el imputado fue visto cuando arrastraba un bulto, envuelto en una sábana color blanco, mismo que colocó en una rampa con barandal en lo que antes era una escalera del inmueble donde habitan, en la calle Miravalle, también conocida como Paso del Norte, colonia La Candelaria Ticomán, delegación Gustavo A. Madero.


Asimismo, vieron que el indiciado quitó del bulto la sábana que lo tapaba y la enrolló, quedando cubierto en bolsas de plástico color negro, y se retiró del lugar. Al siguiente día, el probable agresor fue visto cuando lavaba los pisos de su cuarto, así como la ropa que llevaba puesta durante la madrugada que sacó el cadáver.


La hija de la víctima fue quien se percató de la ausencia de la agraviada, y al empezar a investigar sobre su paradero, el imputado le comenta que no sabía nada de su mamá y que ésta había salido un día antes sin decir a dónde iba.


Alrededor de las 15:30 horas, el cadáver fue localizado por una vecina, envuelto en bolsas de plástico de color negro, en el sitio donde lo abandonó el implicado, y de forma inmediata, aviso a las hermanas de éste, quienes viven en el mismo predio, y que llegaron para identificarla.


Derivado de los estudios practicados durante la necropsia de ley, se determinó que la ofendida había muerto asfixiada por estrangulamiento, mientras que el imputado presentaba lesiones en la mejilla derecha y en la parte externa del cuello, mismas que, durante su primera declaración de los hechos, manifestó que éstas le habían sido ocasionadas en una riña con otro individuo, sin embargo se comprobó que su madre las ocasionó al momento de intentar defenderse.

jlcg

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