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Son pocos los comensales, pero quienes lo reconocen no dudan en acercarse. El olor de las carnitas y la salsa picante no cohíbe a los curiosos, ni al jefe de gobierno.

No es la ciudad que gobierna, pero se le nota cómodo, tranquilo, sin grandes dispositivos de seguridad. Miguel Ángel Mancera decide desayunar un platillo tradicional: tortas ahogadas.

Un par de mordidas y la gente a su alrededor lo saluda, otros apenas lo miran de reojo. Una pareja no duda en iniciar la conversación con el visitante distinguido, tomarse unos minutos para preguntarle sobre la situación del país, para manifestarle su respaldo.

“Nos hace falta alguien como tú”, le expresa uno de los comensales, a lo que el jefe de Gobierno responde con una enorme sonrisa. Antes de que se vaya “una selfie Mancera”, le pide otro.

Entre mordida y mordida aclara que mantiene una dieta balanceada mas que por la cirugía a corazón abierto que se le practicó hace dos años, por salud, pero aclara que cuando sale de la ciudad se permite algunos gustos.

“En los estados hay siempre una gran empatía, en la Ciudad de México también nos tratan bien. Claro que la ciudad resiente más el ejercicio de gobierno y la gente ve bien desde fuera muchas de las acciones que estamos tomando, obviamente porque saben que es por el bien de la gente.

“Pero esto es lo que vivimos en todos los estados, la verdad es que la gente es muy amable con nosotros, se acerca y te dice cosas... No lo repito yo, para que no se diga que me estoy echando algún tipo de flor; en el aeropuerto, en el trayecto, es lo mismo. Y eso me da mucho gusto, que se reconozcan las acciones que estamos teniendo en la Ciudad de México, que son para beneficio de la gente”, expresa a EL UNIVERSAL Miguel Ángel Mancera.

El jefe de Gobierno capitalino viajó a Guadalajara, donde gobierna uno de sus amigos: Enrique Alfaro; un político cercano y con quien construye el proyecto independiente hacia 2018. Esta es una tierra que conoce y que le permite placearse.

Su visita a la capital de Jalisco fue para participar de la inauguración de la Feria Internacional del Libro (FIL); la premura de la agenda no permitió un encuentro privado con Alfaro pero su cercanía es obvia. Tanto que por un momento se olvidan que también los acompaña el gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval.

A la inauguración de la feria también asistieron integrantes del gobierno capitalino: los secretariarios de Educación, Mauricio Rodríguez; de Trabajo, Amalia García, y de Cultura, Eduardo Vázquez, además de Porfirio Muñoz Ledo, comisionado para la Reforma Política de la Ciudad de México.

Mientras recorre los pasillos de la Expo Guadalajara, los asistentes se le acercan, le piden fotos y hasta que firme alguno de los libros que en el pabellón de la Ciudad de México son obsequiados. Una niña también se acerca y le regala un globo, a cambio el mandatario ofrece una foto.

En los aeropuertos tanto de la Ciudad de México como de Guadalajara la situación es similar, la gente que lo ve caminar por los pasillos de la terminal lo saluda y le toman fotos. “¡Guapo!”, le grita una señora que roba una sonrisa a Mancera, aunque no falta quien le reprocha decisiones polémicas como el Reglamento de Tránsito.

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