La mujer extranjera que acompañaba la madrugada del domingo a Marco Antonio Cardona Utrilla, dueño del bar Life, ubicado en la Condesa, desapareció tras el crimen.

Ella es testigo principal del caso, pues vio al hombre que le disparó al empresario en la cabeza, con una pistola que aparentemente tenía silenciador.

La cubana de 27 años de edad dijo en sus declaraciones iniciales que fue un solo hombre vestido de negro el que llegó a la ventanilla del piloto del coche Mini Cooper y activó su arma.

Autoridades de la procuraduría capitalina revelaron que después de la entrevista con policías de Investigación, no la han localizado para que rinda su testimonio ante el Ministerio Público y aporte más datos sobre el momento del homicidio.

En el domicilio que dio en la colonia Del Valle nadie responde, su teléfono celular está apagado y hasta el momento no tienen algún otro sitio donde ubicarla. Incluso desactivó su perfil de Facebook, donde los agentes de la PDI habían encontrado varias fotografías con Cardona Utrilla.

La madrugada del domingo, tras el ataque en el que ella resultó ilesa, corrió hacia el bar Life y pidió ayuda.

El primero que escuchó sus gritos de auxilio fue Raúl “N”, chofer del empresario, quien corrió hacia el auto de su jefe y después en busca de una patrulla de la policía preventiva.

Hasta el momento han rendido su declaración familiares y trabajadores del empresario, quienes han coincidido al señalar que desconocen el paradero de la acompañante de la víctima.

El hermano de Cardona Utrilla dijo a la procuraduría capitalina —según fuentes consultadas por este diario— que por sus actividades y negocios, Marco era amenazado de manera reiterada por supuestos extorsionadores que le exigían dinero a cambio de protección. Pero también por otras personas que, dijo, “le tenían envidia”.

Aseguró que le llamaban por teléfono, lo amedrentaban por medio de mensajes o a través de terceras personas, pero aseguró que siempre minimizaba esas advertencias, por eso no había presentado alguna denuncia.

Otro testigo hizo énfasis en las relaciones amorosas de la víctima. Él mencionó que con su última esposa no llevaba una buena relación y que aparentemente mantenía contacto con otras dos mujeres. Debido a esto, la procuraduría capitalina aún no ha establecido una línea de investigación.

Ayer, este medio dio a conocer que los homicidas del dueño del bar Life rondaron a bordo de una camioneta Ford Lobo por la calle en la que está el establecimiento una hora antes de cometer el crimen.

Sabían que en algún momento de la noche, Marco Antonio Cardona Utrilla, llegaría a supervisar su negocio, como acostumbraba hacerlo.

Después del asesinato, las cámaras captaron a la Ford Lobo sobre Patriotismo y en Circuito Interior, donde le perdieron el rastro.

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