Frente al Tepozteco, cuerpo y alma fueron purificados con el humo del copal, que permitió dar continuidad al ritual del sabor celebrado en uno de los Tesoros de Morelos: el Hostal de la Luz, que contó con la participación especial del multi galardonado chef Ricardo Muñoz Zurita.

Para que el hombre, especializado en el arte culinario nacional, pudiera dar rienda suelta a su talento durante el evento, contó con el apoyo de cuatro chefs, a quienes llamó sus cómplices:  Hugo González, de Buena Vibra; Ivan Quiróz, de Casa Fernanda; Jesús Martínez, de Posada del Tepozteco y Noemi Sierra, del hotel anfitrión.

“Cuando acepté, me pusieron un reto: utilizar puro producto regional, que en realidad fue música para mis oídos, porque como bien dijeron, tengo 30 años haciendo cocina mexicana y mucho rescate de la misma, así que hemos preparado un menú increíble”, comentó Muñoz Zurita

Así comenzó la presentación de cada uno de los cómplices, quienes compartieron brevemente los platillos que los comensales esperaban ansiosamente paladear, además de agregar un poco del condimento (sentimiento) que impregnaron a lo largo de sus preparaciones.

Iniciación al ritual

Fluyó la energía del primer plato: una sopita fría de aguacate con verduras y hortalizas del Pueblo Mágico de Tepoztlán, que se degustó con un Vino Emblema de sauvignon blanc, para pasar a una pasta con huitlacoche, que Muñoz Zurita bautizó con el nombre de Salvador Novo, porque fue una receta creada por el poeta.

Ésta delicia se acompañó con un rosado Royal Blush de Lechuza, caracterizado por uvas como blend de cabernet sauvignon, merlot y zinfadel, también obtenido de las tierras del Valle de Guadalupe.

El festín de sabor dio paso a una Cecina con Mole Verde y Ayocotes (un frijol grande también de la zona), que se maridó con el tinto Maxixe de Bodegas Marilena, compuesto por blend de petite verdot, cabernet sauvignon y grenache.

Por último, unos buñuelitos rellenos de compote de guayaba rosa y salsa quemada de vainilla; este mismo sabor es el que se utilizó para la bola de helado que también dio presentación al postre, el cual mereció un Mina Penélope de nebbiolo.

“Todo el vino que acompaña su comida es 100% mexicano, de pequeños productores de Baja California, que al igual que los chefs se esforzaron con cada uno de los platillos, allá, cada productor también lo hace de manera muy artesanal”, dijo Mónica Zaldívar Cabo, de Vinistror.

Las emociones que se lograron con este penúltimo maridaje motivó que los anfitriones invitaran al público presente a participar en una pequeña ceremonia para unificar la energía de cada uno, y con ella pedir por la paz de Morelos, de México y el Mundo.

La fiesta está por concluir

De acuerdo con Arturo Contreras Montaño, presidente de Tesoros de México, Capítulo Morelos, esta iniciativa es completamente ciudadana y tiene como objetivo mostrar la riqueza de la cocina morelense, los productos que se extraen de las milpas de la región, activar la economía local, además de mostrar que se puede trabajar en equipo.

“Lo que estamos tratando de hacer con los chefs tan prestigiados como Ricardo Muñoz Zurita o Susana Palazuelos, es acercarlos con nuestro talento, para que se den cuenta de que están listos para ofrecer una comida de calidad, siempre haciendo uso de los insumos locales, para ayudar a las comunidades que los producen”, señaló Contreras Montaño.

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