Ciudad de veleidosa atmósfera, de elogio y de reclamo; de disidencia peatonal y de provocación rodante. En el corazón mismo de la metrópoli, con una vista que reitera "como en estos caminos y calzadas / en todo tiempo y todas ocasiones / se ven gentes cruzar amontonadas", como dijera Bernardo de Balbuena en su poema “Grandeza M exicana”, el chef José Antonio Salinas desarrolla una cocina de inspiraciones y razones, enfocada a conquistar paladares locales y foráneos ante el atisbo o la contemplación, según el gusto, de la Plaza Mayor de la capital mexicana, donde "todos por atajos y rodeos / en esta gran ciudad desaparecen / de gigantes volviéndose pigmeos".

Balcón del Zócalo es el espacio donde este joven cocinero, egresado del Colegio Superior de Gastronomía y con experiencia internacional en Suiza, desarrolla una propuesta con productos de temporada y un esquema culinario de vanguardia, dirigido a exaltar los sabores distintivos de la gastronomía mexicana, con una declarada intención de remarcar la herencia inalterable y vigente del maíz; así como el vasto abanico de ingredientes que describen la geografía mexicana y abren camino para menús con toques de picardía, elegancia y un festivo juego de técnicas.

La vista de la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional, desde uno de los edificios de prosapia en el Centro Histórico, es sin duda uno de los atractivos para visitar el lugar y tomarse, como dice Sevilla, la infaltable foto del recuerdo con el fondo de la gran plaza. La intención es también establecer una dimensión gastronómica propositiva, reafirmando el nivel de la cocina mexicana como expresión cultural.

"A partir de la transformación del hotel en el nuevo Zócalo Central, vino también una reconsideración en torno al concepto culinario. Los visitantes ahora pueden disfrutar de nuestros desayunos y de diversos platillos muy casuales; asicomo de nuestros menús de temporada, con platillos y productos afines con la estación del año. Nuestro equipo de cocina busca constantemente exaltar los sabores genuinos de la capital y el valor de las tradiciones que inspiran algunos de estos platillos", dice Salinas.

Sorprender al comensal

"Hemos incorporado los menús botaneros con más opciones que el tradicional y siempre solicitado guacamole. La primera opción incluye almeja chocolata, taco de ceviche de res cítrico con machaca, sopita de tortilla con perejil frito y taco Ensenada de camarón y pescado rebosado. También tienes para elegir los ostiones Kumamoto, la tostada de atún del Golfo curado, el panucho de cochinita pibil y el peneque de lengua de res en salsa verde y puré de haba," explica el chef.

Productos como las tradicionales tortillas de maíz azul hechas a mano son parte del redimensionamiento que el Balcón del Zócalo plantea a sus comensales, incluyendo una mayor proyección del vino y una selecta carta de mezcales.
"La gente ha recibido con entusiasmo la transformación, tomando en cuenta que hay más opciones para regresar, para no hacerlo solo un lugar para una comida rápida. Ha sido un cambio total que también ha incluido el servicio, con un trabajo de entrenamiento y de retroalimentación muy intenso, enfocado a enriquecer la experiencia de los comensales, de abrir a los visitantes extranjeros opciones que no se esperan. Queremos que la experiencia de Balcón del Zócalo abra su percepción hacia toda la sutileza y la riqueza que envuelve la cocina en México, con su orgullo y apego a las raíces, pero también con el toque de celebración y modernidad que la posiciona siempre como una experiencia única," expresa Salinas.

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