Pero los adultos toman café y té. Es decir, en algún momento comienza la ingesta de estas bebidas. Entonces, ¿cuándo debería comenzar a ocurrir eso? "El té y el café no están recomendados en la edad infantil. De nutritivo no tienen nada; por lo tanto, no deberían tomarlos menores de 15 años bajo ningún punto de vista. Eso, porque intervienen con la absorción de algunos nutrientes como calcio y hierro" , explica Eliana Muñoz, nutrióloga infantil de Clínica Las Condes. Sin embargo, sí pueden intervenir factores culturales, ya que es probable que en países donde el café abunda, su ingesta comience desde temprano en la vida. Pero lo ideal es atrasar su consumo lo más posible. Otro caso más cultural es el uso agregado de sal y de azúcar, que es mucho más una costumbre que una necesidad.La sal debe quedar fuera de la dieta de los niños menores de dos años. Hasta entonces, el orden es más o menos así: hasta los seis meses, solo leche materna. Luego entran las papillas de verduras y, hasta el año, se va ampliando lo más posible el repertorio de alimentos que se muelen y combinan, desde sólo verduras, a carne, pollo, pescado, legumbres y huevo.

Sobre el azúcar, lo ideal es no agregar, a menos que la condición nutricional del niño lo amerite. "Definitivamente no se debe usar endulzantes en menores de dos años, y de ahí en adelante no existe la recomendación de usar endulzantes en niños" , agrega Sylvia Guardia, nutrióloga y pediatra de Clínica Alemana. Eliana Muñoz hace una advertencia no tradicional: los niños no deberían probar la miel antes del primer año, por el riesgo de botulismo. Y, otra: no deberían consumir soya en toda la etapa infanto-juvenil.

Por su parte, Sylvia Guardia asegura que el aporte en calcio que hace la leche de soya, por ejemplo, se absorbe más lento; por lo tanto, para aquellos que evitan la proteína animal, como los veganos, tienen que agregar los nutrientes que les faltan de otra manera.

Respecto de los lácteos, ambas especialistas son férreas partidarias de la ingesta de leche de vaca. "Es súper importante el consumo de lácteos en todo el proceso de crecimiento. Y no hay mejor fuente de calcio que la leche de origen animal" , precisa la doctora Muñoz.

Pero -y aquí va otro mito- no tiene que ser leche entera. A partir del año ya puede comenzar el consumo de leche descremada o semidescremada (dependiendo, otra vez, del estado nutricional del niño) . "Por lo menos medio litro de leche diaria. Después de los dos años, definitivamente descremada, porque la grasa está en otros alimentos" , plantea Guardia.

Sobre el chile y los condimentos con fama de irritantes, no hay conflicto. Si son verduras naturales, no hay problemas. La edad depende sólo del interés del niño.

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